Si eres mayor de 25 llegó la hora de suplementar el colágeno, pero eso ya lo sabías, lo que probablemente no sabes es cómo hacerlo para que haga bien su trabajo
Mi llegada al colágeno fue tardía, lo confieso. Escuchaba el zumbido del colágeno, y lo bueno que era, y lo importante no solo para prevenir las arrugas, sino para las articulaciones, a lo lejos, y decidí ignorarlo porque habían otros fuegos que apagar: manchas producto de las pastillas anticonceptivas, la repentina aparición de un acné adulto -agresivo-, y así, sin darme mucha cuenta, el tema de las arrugas quedó en segundo plano.
¿Ya saben por dónde va esto, no? ¡Tomen colágeno hijas mías, no cometan el mismo error que yo! Ponerte unas cremas para el acné o hacerte un tratamiento láser para las manchas y tomar colágeno no son excluyentes.
Tengo la fortuna de contar con una suegra y unas cuñadas mayores que yo con unas caras fabulosas, y ahora que estoy entregada a recuperar el tiempo perdido las interrogué sobre su relación con el colágeno, para ver si este era en parte responsable de sus caras sin arrugas.
¿Ya saben por dónde va esto, no? ¡Todas usan colágeno! Pero cada una de una manera distinta. Como no quería comenzar una discusión acalorada sobre cuál lo estaba haciendo mejor, después de aprender que todas lo tomaban acudí a Gabriela del Fueyo, química farmacobióloga y nutrióloga especializada en cosmética y dermofarmacia, para entender cuál es la manera más efectiva de suplementar el colágeno.
Del Fueyo es vocera de la marca mexicana Sesén, establecida en 2012 en Tehuacán, Puebla, con el colágeno hidrolizado como su principal ingrediente, y aunque jura por los productos de colágeno que ellos hacen, no promete resultados mágicos ni inmediatos, ‘la magia no existe, existe es la constancia’, me contó en una llamada por Zoom, que aunque siempre apaga un poco la piel de la gente, la suya se ve es-tu-pen-da, un poco como la de mis cuñadas y mi suegra.
La magia no existe, existe es la constancia
Esas palabras de Gabi quedaron retumbando en mi cabeza, porque cuando uno tiene un problema en la piel sueña es con soluciones mágicas, y así nos las venden, casi siempre. También retumbaron porque las cuñadas que toman colágeno todas dicen que son poco consistentes. Mi muestra es sumamente pequeña, pero el 100% de las entrevistadas coincidieron ahí.
La primera fuente de colágeno es la alimentación, porque el cuerpo produce colágeno a partir de lo que comemos, y para producir colágeno la alimentación debe ser balanceada, comienza Gabi a explicar cómo funciona la cosa con el colágeno.
Para definir una alimentación balanceada del Fueyo se apoya del modelo del plato de Harvard, donde un sexto del plato está lleno de vegetales, un octavo representa las frutas, una cuarta parte tiene granos integrales y la otra proteínas saludables. El colágeno, explica Gabi, se encuentra en las proteínas. Buenas fuentes de colágeno son la carne, los huevos, el pescado, los caldos de pollo y de res, que tienen alta concentración de colágeno.
Los caldos de pollo y de res tienen alta concentración de colágeno
Ahora, el colágeno tiene muchos funciones en el cuerpo, no conforme con que a partir de los 20 – 25 comenzamos a producir menos, el organismo va a enviar el colágeno que produce al lugar que él considere que más lo necesite. Si las rodillas mandan una solicitud formal por correo, la piel quedará en segundo plano. Por eso la importancia de complementar.
‘El colágeno en polvo es el más cómodo de consumir, porque puedes meterlo en un smoothie, una agüita, en tu té o café, porque para consumir la dosis recomendada diaria, que son 15gr, tendrías que tomar muchas cápsulas o comprimidos, ya que estos tienen entre 500mg y 1 gr’.
La dosis recomendada de colágeno son 15gr diarios
Ahí lo tienes, aunque las cremas son divinas, humectan, mientras proporcionan colágeno, no sé cuántas aplicaciones te tendrías que hacer para darle a tu piel la dosis diaria que necesita. En vez con el colágeno en polvo no hay mucho que pensar, 15gr a la bebida de tu preferencia y ya está.
Si sufres de acné puedes continuar con tu tratamiento tópico o medicado mientras suplementas la producción de colágeno en paralelo, no pierdas el tiempo como yo. Pero siempre, siempre consulta con tu médico antes de añadir un nuevo componente al cóctel, especialmente si tienes otro tratamiento en curso, si estás amamantando o si estás embarazada, y si ese es el caso, ¡felicitaciones! Que Dios me bendiga a ese bebé con una piel bella como la de mis cuñadas y mi suegra.
Con información de Vogue