Un grupo de manifestantes abucheó este jueves al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que acudió a la Corte Suprema para homenajear a la fallecida jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, pero fue recibido con gritos pidiendo que se “honre” el deseo de la magistrada de no ser reemplazada hasta después de las elecciones de noviembre.
Antes de que Trump saliera de su vehículo, la multitud lo recibió con abucheos y gritando “voten para sacarlo”, en referencia a los comicios del 3 de noviembre; y “honren su deseo”, en alusión a la última voluntad de Ginsburg, que murió el viernes pasado a los 87 años.
Trump llegó al tribunal acompañado de la primera dama Melania, ambos con mascarilla negra.
Allí guardó un minuto de silencio y partió raudo; pocos minutos después ya estaba de vuelta en la Casa Blanca.
Este desplazamiento es poco habitual en el mandatario, que nunca participa de los homenajes de personalidades que no son de su campo político.
El mandatario anunció que va a nombrar a su candidata para llenar la vacante dejada por Ginsburg en el alto tribunal antes de los comicios, desatando la indignación de la oposición demócrata.
“Creo que todo va a andar muy bien, que va a ir muy rápido”, dijo Trump a Fox Radio este jueves.
“Tenemos a cinco mujeres en la lista y todas me gustan”, agregó el mandatario, que ya adelantó que entre las finalistas figura Bárbara Lagoa, jueza conservadora de Miami y de origen cubano.
Trump planea anunciar el nombramiento el sábado desde la Casa Blanca.
Hasta la muerte de Ginsburg, los conservadores tenían una mayoría de cinco frente a cuatro en el tribunal que decide sobre asuntos de la vida de los estadounidenses, como el derecho a portar armas, el derecho al aborto, asuntos migratorios o temas como el acceso a la salud.
Si Trump llena la vacante para este puesto vitalicio, la Corte podría quedar anclada en terreno conservador durante décadas, especialmente si nombra a una jueza joven.
El mandatario dijo que quiere hacer la nominación con premura debido a la importancia de que haya un número impar de jueces, en el caso de que las elecciones generen controversias que terminen en el alto tribunal.
Sin legisladores republicanos que se desmarquen de la mayoría que ostentan en el Senado, que debe ratificar la designación, los demócratas no tendrán nada que hacer salvo intentar capitalizar el descontento del apresurado nombramiento para impulsar la participación en los comicios y favorecer a su candidato, Joe Biden.
Desde temprano algunas personas hicieron fila para despedir a Ginsburg, que se convirtió en un ícono para la izquierda por su defensa de la igualdad de las mujeres, en tanto objeto de mercancía pop e incluso inspiró una película de Hollywood.
Con la bandera a media asta, el ataúd con los restos de la magistrada fue colocado sobre la base en la que descansó el sarcófago de Abraham Lincoln en 1865 en la fachada de la Corte, adornada con flores blancas.
Madeline Steinberg, de 14 años, viajó con su madre desde Kentucky, a 640 km de Washington, para despedir a Ginsburg. La joven portaba una camiseta con el mensaje “Vota” y trajo consigo cartas que sus compañeras de clase escribieron para la fallecida jueza.
Veronica, de 23 años, también se desplazó con su madre para despedir a la popular magistrada.
“Ella fue una verdadera pionera, se aseguró muchos de que muchos de los derechos que tenemos como mujeres se haya fortalecido”, afirmó citando desde tener una tarjeta de crédito al derecho al aborto.
El viernes concluyen los homenajes públicos para Ginsburg, que será la primera mujer en yacer en el Capitolio, sede del Congreso, antes de su entierro privado la próxima semana en el cementerio de Arlington, en las afueras de Washington.
Con información de AFP