Cuba, la inclusión, relaciones humanas y diversidad sexual en la primera serie sin censura: 10 Latidos x Segundo
10 Latidos x Segundo te demuestra algo de forma inmediata: Cuba no es sol ron, clichés y playas. Tampoco todo lo que sucede en la isla tiene que ver con discrepancias sociales y polarización política… La juventud cubana también tiene problemáticas similares a las del resto del mundo que, sin dudas, se viven y se abordan desde la óptica local.
Por ejemplo, el acceso a los medios digitales está limitado por condiciones tecnológicas muy peculiares, además de la falta de poder adquisitivo y controles ideológicos que no existen en otras partes. Por eso, el hecho de que un emprendedor y sus colaboradores realicen una serie de ficción para plataformas digitales es allí una proeza.
La serie 10 Latidos x Segundo, de siete capítulos, ha sido la primera en su tipo y Edy Suárez, un artista de 21 años, con amigos y talento, a persona capaz de lograr la hazaña, de manera independiente, sin grandes patrocinadores y a riesgo de poder ser censurado.
“La serie nace de la fusión de dos cosas que influyeron profundamente en mí”, nos dice Suárez desde La Habana. La primera, una crisis personal y profesional por la que estaba pasando, y la segunda, y más importante, la necesidad de un producto como este en el contexto audiovisual cubano actual. Yo soy joven y cubano, y me basta con mirar a mi alrededor y ver la cantidad de productos audiovisuales foráneos que consumen los jóvenes por la ausencia de un material nacional que los identifique. Entonces comencé a escribir el proyecto, como si no tuviera que pensar en presupuestos, y jamás la engaveté o la pospuse. Siempre tuve claro que para un grupo de artistas desconocidos no iba a haber un sponsor fuerte.
Entonces, sin casi nada en el bolsillo decidimos lanzarnos a sabiendas de lo arriesgado de hacer un producto para plataformas digitales en Cuba, un país que no cuenta con la infraestructura ni la cultura generalizada acerca del uso de estas plataformas”. La serie, en otras palabras, te hará querer ir a La Habana, al menos una vez.
Excepto una de las actrices, nadie más en el equipo de la serie tenía entrenamiento previo. “En lo audiovisual, mi experiencia es casi nula. A los 19 años entré a trabajar a una compañía de Teatro a través de una audición como actor, pero terminé acercándome a las labores de dirección y producción en la compañía, y creo que esa fue mi gran escuela. Solamente una de las actrices, Rosalí Suen, tenía experiencia como actriz. Los demás son chicos que si bien habían tenido sus acercamientos al arte de la actuación, apenas están desarrollando o descubriendo su talento para la actuación y decidieron apostar por un proyecto tan sacrificado como este. En cuanto al equipo técnico (que era extremadamente reducido) todos con muy poquita experiencia en proyectos audiovisuales”.
Muchos afirman que es poco probable que Edy Suárez hubiera tenido la misma independencia creativa en un proyecto patrocinado por una institución estatal. Sobre eso nos dice “no lo sé, aunque creo que últimamente la industria audiovisual en el país está tratando de plasmar ciertos temas que antes eran ignorados (quizás a un paso lento, pero lo hace), no puedo asegurar que hubiera habido censura porque nunca acerqué mi proyecto a estas instituciones. Yo creé el proyecto para plataformas digitales, decidido a hablar de temas claros y precisos, sin tabúes, sin encasillar y sin limitantes creativas, y así lo llevé a cabo”. Los temas van desde las relaciones entre los jóvenes, la homosexual, el pluriamor y muchos que pudieran haber sido censurados por el gobierno, según apuntan muchos de los seguidores de la serie en las redes sociales.
De cualquier manera, el proyecto de 10 Latidos x Segundo, dentro de la isla, ha causado mucho revuelo, polémica, y ha puesto la mira en temas cruciales para una nueva generación. Desde fuera del país crecen las y los seguidores, que les hacen saber que están disfrutando de la serie. Todo pudiera provocar que los creadores independientes en la isla “vean que sí funcionan las plataformas digitales como medio de distribución, y sí funciona deshacerse de clichés”, comenta Suárez, cuyos grandes referentes han sido “el trabajo de Ryan Murphy y del mexicano Manolo Caro”. La obra promete ser de lo más interesante de la década.
Sobre la posibilidad de una segunda temporada, nos adelanta que “queda mucho por contar todavía, por debatir, voces que alzar y visibilizar. Las historias sobre egos, autodescubrimiento, adicciones y trastornos son mi pasión, así que sobre esa línea y disfrazándolas de historias de amor seguiremos narrando”.
Con información de GQ