Los dos mayores organizaciones de narcotráfico en México, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, se disputan el control de seis puertos.
Se trata de los embarcaderos de Ciudad de Carmen, Ensenada, La Paz, Manzanillo, Mazatlán y Lázaro Cárdenas, de acuerdo con informes de inteligencia, los cuales señalan que esta disputa ha derivado en un incremento de “los índices de violencia por controlar las rutas de logística criminal”.
Según recogen los documentos, citados por Milenio, a estos puertos “llegaban embarcaciones procedentes de países de Sudamérica, pero con banderas de otras naciones, las cuales transportaban la droga de diferentes métodos: ocultándola en los barcos, atando sumergibles pequeños a modo de torpedos, o incluso pegan a sus cascos contenedores”.
Otra práctica recurrente en los puertos tiene que ver con el robo de combustible a gran escala a través de embarcaciones.
Militarización de los puertos
En julio pasado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció la militarización de los puertos con el objetivo de reducir los índices de violencia provocados por las organizaciones criminales en lugares como Manzanillo, en el estado de Colima, uno de los puertos donde, según el mandatario, llegan los precursores químicos para la elaboración de droga sintética.
“Esto explica por qué los atentados, los homicidios en Colima y en otras partes del país. Vamos a actuar renovando, limpiando todos los sistemas de puertos y aduanas del país”, señaló en ese momento López Obrador.
La militarización de puertos, sin embargo, detonó la renuncia del Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, quien se oponía a dicha medida.
En las últimas semanas, los cárteles de Sinaloa y Jalisco han emprendido una batalla en el Occidente de México por el control territorial de estados como Zacatecas y Nayarit, dejando varios muertos y una serie de ‘narcomensajes’ difundidos a través de diversos medios.
Con información de RT