En Juchitán, Oaxaca los zapotecas de la región del Istmo de Tehuantepec recibieron a sus muertos, tal como lo marca la tradición: en casa y con una generosa ofrenda de flores, alimentos y bebidas.
“Nos sentimos contentos, gozosos, y hacemos, compramos las cosas de sus gustos, lo que a ellos les gustaba comer, frutas, panes y prendemos las velas, todo lo que es la tradición, las flores de cempasúchil”, dijo Teresa de Jesús Regalado, habitante de Juchitán.
Ana Lilia Santiago, otra habitante de Juchitán, comentó que aunque los productos que usas están un poco caros, “las costumbres van a seguir”, aunque con muchos cambios y no con toda la gente.
A diferencia de años anteriores, en esta ocasión, no acudieron decenas de personas a casa de los muertos recientes.
Más bien, la celebración se realiza sólo con la familia, algunos vecinos y amigos cercanos y tratando de mantener el distanciamiento social.
“Con mi hijo Cuauhtémoc estamos siguiendo las costumbres de Juchitán, aunque no estamos invitando a las personas por la enfermedad que hay ahora, estamos con la familia nada más, pero no dejamos de ponerle sus flores a mi hijo”, informó Luisa de la Cruz, madre del difunto.
Cuauhtémoc DeGyves fue la primera persona que falleció por COVID en la ciudad de Juchitán.
Fue por eso que logró tener su ofrenda este mismo año, pues la tradición zapoteca indica que para que a un muerto le celebren el Xandú, tiene que haber fallecido por lo menos seis meses antes de la celebración del Día de Muertos.
“Él falleció el día 14 de abril de este año debido a la pandemia, fue algo sumamente inesperado, lamentable para nosotros y muy doloroso, porque como fue la primera persona que falleció aquí, aunque fue el segundo enfermo, no sabíamos cómo tratar esta enfermedad”, dio a conocer su hermana, Azteca DeGyves.
A pesar que las autoridades municipales de Juchitán decretaron el cierre de los panteones por la contingencia sanitaria, la medida no afectó la celebración del Xandú, pues en la cosmovisión de los juchitecos, a los muertos se les celebra en el panteón, pero hasta la Semana Santa.