Jorge Ramírez Pardo
El gobierno municipal potosino capitalino escurre evidencias en torno a su presidente Xavier Nava, siempre al servicio de promoverse a la ilusión de ser candidato a la gubernatura y luego gobernador.
Ha invertido cuantiosos recursos públicos en promocionales propagandísticos pagados y/o a pagar en especie a sus promotores de élite y medios de comunicación a modo; con frecuencia envueltos en celofán de noticias de un ejercicio triunfal en esos sitios. Exhuma intenciones continuistas de élite como ha sucedido de manera remarcada en las últimas 3 gubernaturas, incluida la actual.
Sigue guion y consejas de modelo más derechista y desfasado del PRI. A ese fenómeno social de gobierno para élites y migajas para las mayorías intenta dar continuidad.
Encuentro premonitorio ¿de delfines?
El miércoles 19 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador, de camino a Zacatecas, hizo una escala en San Luis Potosí para asistir a la última reunión en pleno de la CONAGO presidida por el mandante estatal potosino, antes de la escisión de un grupo de gobernadores contrarios frontales a AMLO.
Así consigno entonces el suceso esta columna de opinión:
“La CONAGO con sede en San Luis Potosí, se arropó en formato de asamblea priísta de cargada completa, con mucho oropel y trapos sucios potosinos en la bajoalfomba; donde los asistentes son de palo porque el guion está preestablecido y bajo control (una anfitrionadita mustia con enchiladas potosinas y botellas de Lagunaseca).
“… ese día López Dóriga se preguntaba en twiter: ¿Qué está haciendo mal @JMCarrerasGob que #SLP está en el último lugar nacional de percepción de inseguridad del país?
Para no salirse del guion de cargada completa en desuso, el anfitrión Carreras, se hizo acompañar a la ya infrecuente salutación al mandatario López Obrador, de dos “tapados” a sucederle en la gubernatura, el siempre placeado Xavier Nava, y el disimulado/huraño Juan Ramiro Robledo, más cercano que los otros a AMLO.
Experiencia y abolladuras versus adolescencia pedante
El PAN ha dejado entrever su pragmatismo convenenciero, capaz de sacrificar a sus militantes de escalafón y visos de seguir lineamientos de los fundadores del partido, con tal de volver al poder de cuotas en compraventa. Si no ¿cómo explicarse su alianza con el PRI, ahora “ antes rival histórico y ahora enemigo íntimo”? Octavio Pedroza Gaitán y Marco Gama, quienes parecen ser sus mejores cartas competitivas de militancia añosa y experiencia en puestos de elección, ya deslucen cual cervatillos el presumible camino a la piara del sacrificio.
Por su parte, Morena ha exhibido candidatos menores sin posibilidades y una alianza la del Verde con un polémico integrante de la gallardía –los Ricardos Gallardos- de quienes se muestran, una vez más, facturas delictivas nunca fraguadas.
El arrancadero ayer jueves se sacudió, cuando Morena Juan Ramiro Robledo anunció su pre candidatura por la alianza Morena/PT/Verde y de frente a otra amalgama, la de PAN/PRI/PRD/CP. Esto genera pasiones genuinas y desmonta chinampinas de baja pirotecnia.
Juan Ramiro de entretiempos
Robledo perteneció a aquel PRI autoritario/populista de carro completo que, además, supervisaba/manoseaba procesos electorales. Él, como secretario general de gobierno durante el mandato de Leopoldino Ortiz Santo, fue presidente del Consejo Estatal Electoral que avaló el “triunfo” del gobernante de 14 días Fausto Zapata, con disimulo hacia el cochinero en campaña aliado a gastos excesivos, sobre-representación mediática y calumnia articulada –no había aún redes propaladoras de falsas noticias-.
Juan Ramiro fue diputado federal y senador por el PRI. En 2003 es pre-candidato a la gubernatura por el PRI. En un juego de turbulencias es despojado por el gobernador saliente Horacio Sánchez Unzueta, quien impone a su amigo Fernando Silva Nieto
Robledo renunció al PRI en el mismo 2003 y en dupla con el notario Martínez Benavente –como diputados externos del PRD de entonces-, ambos sacan al congreso local potosino (2003-2006) de su ancestral y consuetudinario pasividad, Sin un antes ni después equivalente hasta el momento. Ambos tienen cercanía con AMLO desde cuando el PRD tenía peso.
En la contienda
Hoy Morena parece revivir usos del viejo PRI existentes en su genética y Robledo de entre tantos potrillos en busca de jaripeo es el más avezado en experiencia administrativa, visión de estado y digestión de las amarguras en derroteros/derrotas electorales. Es dado suponer que en aquella reunión efímera del 19 de agosto, cuando Carreras se hizo acompañar de su entonces remarcado delfín Xavier Nava a quien apenas saludó el mandatario federal, y de Juan Ramiro Robledo con quien tuvo una conversación que remató AMLO diciendo saber de su actividad en ese momento y hasta ayer como presidente local del Tribunal de Justicia Administrativa. Robledo exhuma aromas delfinescos de la 4T.
Según se aprecia, haya aprendizaje del gobernador Carreras de siniestro esquema Sánchez Unzueta, sacar a pasear más de un delfín para no quedar mal en dos flancos, pero con el riesgo inverso de naufragio doble.
Leonel Serrato es también suspirante, pero su marcada flojera prelectoral por el municipio visible hace dos años fue evidente porque desaprovechó la ola AMLO.
Recién ayer jueves pidieron licencia para separarse de sus cargos, Juan Ramiro Robledo y Xavier Nava. Lucen por adelantado como posibles contrinacantes.
Los mejores ganadores tienen alguna o mucha de su trayectoria recorrida en empedrado y terracería, cuestarriba en ocasiones; eso los templa, llegan a su meta con cicatrices, forman y transforman equipos de gestores y artífices en el camino. Renovarse y generar visión de estadista es el desafío. No es el caso cuando tejes un espejismo desde y al servicio de integrantes de clubes de élite hechos en el engaño y abuso.
Hay monedas en el aire potosino electoral, pero la mayoría son de baja o nula denominación. En política abundan las triquiñuelas y no siempre gana el mejor.
Es deseable sí un cambio capaz de sacudir en la localidad los desatinos de tres administraciones al hilo de saqueo en impunidad una; de complicidad, aumento de estadísticas negativas e ineficacia.