La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió este jueves de que la segunda ola de COVID-19 aumenta los riesgos para la estabilidad financiera en la Unión Europea puesto que, cuanto más dure la crisis, mayor es el peligro de que crezcan las quiebras y los préstamos fallidos.
En este contexto “es crucial que los bancos reconozcan y hagan provisiones para las potenciales futuras pérdidas crediticias”, dijo Lagarde en una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo en su calidad de presidenta de la Junta Europea de Riesgo Sistémico, encargada de la supervisión macroprudencial en la Unión Europea.
Defendió asimismo que es “esencial” preparar una estrategia para la resolución de los nuevos préstamos fallidos -los que acumulan más de 90 días de mora o se consideran irrecuperables-, incluyendo a través de la venta de activos, la reestructuración de préstamos, cancelaciones y compañías de gestión de activos (más conocidas como bancos malos) cuando sea necesario.
Lagarde indicó que, si bien las medidas “sin precedentes” aplicadas hasta ahora por las autoridades han dado un apoyo crucial a los hogares y empresas, estas sufren un descenso de sus ingresos y un aumento de sus deudas y “cuanto más dure la crisis y más débil sea la recuperación, mayor será el riesgo de un aumento perceptible de las quiebras”.
Lagarde advirtió que estas “vulnerabilidades” tardarán en verse en los balances bancarios, en particular por el amplio uso que se ha hecho de las moratorias, pero en última instancia el deterioro de la calidad de los activos y el consecuente aumento de las provisiones “pesará sobre la rentabilidad y posición de capital” de las entidades.
Aunque este impacto en los balances se ha mitigado gracias a las líneas de avales puestas en marcha por los Gobiernos europeos, dijo Lagarde, el porcentaje de préstamos a empresas cubiertos por estas garantías públicas varía mucho de un país a otro y existen también riesgos ligados a la retirada de estas líneas de avales.
Un deterioro de los activos que se une a la baja rentabilidad de la banca (el retorno sobre capital ha caído al 2 % de media) y a problemas estructurales, como el alto nivel de préstamos fallidos legado de la pasada crisis financiera en algunos casos.
De ahí que el supervisor europeo recomiende provisionar y tener una estrategia para los nuevos préstamos fallidos.
Además, añadió Lagarde, “la crisis actual podría proporcionar una oportunidad para abordar algunos de las debilidades prolongadas del sector bancario de la UE acelerando la reestructuración y la consolidación”.
Con información de EFE