Desde hace 35 años, cientos de peregrinos de Cuetzalan, Puebla caminan por más de 8 días atravesando la zona volcánica para cumplir sus penitencias y llegar a la Basílica de Guadalupe.
El año pasado, Alma, caminó 14 horas al día cargando una virgen de madera, para llegar a cumplir su manda a la Ciudad de México.
“Cuando uno tiene Fe, es como si vinieras caminando entre nubes / mi abuelita hizo una promesa / mi abuelita ya está viejita, ya no puede, entonces yo tomé el lugar de ella / ya lleva 10 años caminando conmigo”, dijo la peregrina Alma Soledad Pérez.
Silvano y Sergio, también peregrinaron el año pasado, a pie desde Cuetzalan, Puebla a la Basílica de Guadalupe.
“Llevamos 2 días caminando, llevo 3 años lo difícil de caminar es el frío nomas tantito”, refirió Silvano Vázquez.
“Venimos caminando desde Puebla, vengo a pedirle aquí a la Virgen por mis jefes, la escuela. ¿Qué es lo más difícil de este peregrinar que hacen ustedes?. Las noches, el frío, es lo más cansado aquí”, insistió Sergio Coliente.
Este año, el cierre de la Basílica de Guadalupe y el temor a contagiarse de Covid, frenó por primera vez, en la historia, las peregrinaciones de la sierra norte de Puebla, a la Ciudad de México.
“Yo llevo 15 años peregrinando, caminando, cruzamos por el monte con mucha devoción llegamos a ver a mamá Lupita al Tepeyac. Sentimos feo, pero bueno”, refirió Arturo Báez, peregrino de Cuetzalan, Puebla.
“Si nos deja un poquito tristes, pero somos conscientes de las cosas que nos piden. A lo mejor de corazón, la imagen sabe que hubiéramos querido ir hasta allá, pero pues por precaución por muchas cosas que estamos oyendo, no pensamos ir”, agregó Ángeles Domínguez.
Por recomendación de los párrocos, solo se harán peregrinaciones internas en la zona serrana de Puebla, o bien, se festejará a la Virgen de Guadalupe en las iglesias locales y en las viviendas.
“Les estoy pidiendo a todas las familias que se queden en casa que desde casa enciendan su cirio, sus velas y se unan con nosotros a la oración que ofrecemos como iglesia. Las peregrinaciones a la Ciudad de México, a la Basílica de Guadalupe se nos ha recomendado que no vayan”, insistió el sacerdote de Cuetzalan, Andrés Vázquez.
“El temor es que, entre nuestros paisanos, entre nuestros compañeros pudieran adquirir el contagio y estos a su vez a sus familias, eso sí, sería algo que no nos perdonaríamos”, señaló el peregrino Arturo Báez.
Las imágenes de la Virgen de Guadalupe que antes peregrinaban en hombros, de mano en mano o en camiones a la Basílica, este año, han comenzado a ir de casa en casa para ser veneradas y llevar esperanza al pueblo.
Cada año, más de 2 mil peregrinos de todas las edades, salían de este pueblo mágico escondido entre la niebla de la sierra poblana, para llevar en relevos, en camiones o a pie, peticiones y agradecimientos a la Virgen de Guadalupe.
“Nosotros lo sentimos como un sueño, esto se va a acabar primero Dios, y la santísima Virgen, vamos a salir de esto. Es un mal sueño que estamos pasando”, concluyó Adán Pol Bonilla.
Con información de Televisa Elizabeth Mávil