Unos 50 laboratorios clandestinos en Bélgica y los Países Bajos, han sido desmantelados durante los últimos dos años, 7 en Bélgica y 41 en Holanda entre 2019 y 2020. La Policía de ambos países detuvo a 19 ciudadanos mexicanos que trabajaban en dichos laboratorios en la producción de metanfetamina. Numerosos medios europeos y el semanario mexicano Proceso publicaron la semana pasada la última entrega de una investigación en torno a los cárteles mexicanos y sus conexiones alrededor del mundo.
Una red de 24 medios internacionales que incluye a 60 periodistas de investigación provenientes de 18 países, coordinados por la organización con sede en París Forbidden Stories, buscan mantener vivo el trabajo de periodistas de investigación amenazados o que han sido asesinados. Ésta es la cuarta entrega bajo las palabras clave: “The Cartel Project”.
El foco esta vez es el trabajo del periodista mexicano Javier Valdés, asesinado en Culiacán, Sinaloa, el 15 de mayo de 2017. El crimen sigue impune. El semanario alemán Die Zeit dice: “Javier Valdés ya no puede investigar porque fue asesinado a tiros, pero nosotros sí podemos”. Die Zeit recuerda que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, incluso más que países en guerra y conflicto como Siria y Afganistán. Desde el año 2000, unos 120 periodistas han sido asesinados. El rotativo asegura a sus lectores que los tentáculos del cártel de Sinaloa llegan hasta Alemania.
Expertos militares junto a contenedores con químicos para la producción de metanfetamina en un laboratorio clandestino en Tecate, en el fronterizo estado de Baja California, México.
Mina de oro para la labor de inteligencia
En un operativo sin precedentes, la Policía de Francia y los Países Bajos logró hackear en mayo y junio pasado el servicio de telefonía celular encriptada EncroChat, lo que condujo al desmantelamiento de dichos laboratorios clandestinos, detención de criminales en varios países europeos, decomisión de drogas, armas y dinero, e incluso el descubrimiento de una macabra cámara de torturas en Holanda. Las autoridades también se enteraron cómo las bandas criminales locales contrataron experticia mexicana para la producción de metanfetamina.
El periodista belga Kristof Clerix participó en la investigación. “Siete laboratorios clandestinos fueron desmantelados en los últimos dos años en Bélgica y 41 en los Países Bajos. Fueron detenidos 19 cocineros mexicanos, tres en Bélgica y 16 en Holanda”, afirma.
En conversación con DW, Clerix explica que, para entender lo que hacían 19 ciudadanos mexicanos en suelo europeo, él y otros periodistas hablaron con la policía belga y holandesa, con Europol y con investigadores del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA). “Hablamos con todos los investigadores que buscaban entender qué estaba pasando”, dice. “La policía holandesa reveló que hay un puñado de intermediarios, brokers, que fueron contactados por las organizaciones criminales holandesas para traer a Europa a cocineros mexicanos, de eso se tiene indicios a través de la información capturada en EncroChat. La Policía holandesa, así como la francesa, tenían gran interés en acceder a la comunicación de criminales. Así fue como encontraron el papel de los intermediarios”.
Clerix, periodista de investigación especializado en temas de seguridad, afirma que la metanfetamina producida en Bélgica y Holanda estaría destinada al mercado australiano y japonés, según Europol. “En Japón un gramo de metanfetamina puede costar hasta 500 dólares. Eso significa que los márgenes de ganancia son enormes para las organizaciones criminales holandesas, que ya tenían listas las redes de distribución de drogas sintéticas a Japón y Australia”.
La policía holandesa y belga destaca la excepcional experticia de los cocineros mexicanos, que, con los mismos ingredientes para producir anfetamina, son capaces de producir una metanfetamina de alta calidad. “La Policía holandesa nos explicó porqué la experticia mexicana tiene demanda en Holanda. Son necesarios los mismos químicos para producir anfetamina, pero la metanfetamina genera más ganancias. De manera que los cocineros mexicanos conocen la receta, es como la fórmula de la Coca Cola, que es mantenida en secreto, y es la razón por la cual esta experticia está llegando a Europa”.
Policía australiana decomisa un cargamento de metanfetamina.
Metanfetamina, la cocaína de los pobres
Heino Stöver, investigador en adicciones de la Universidad de Fráncfort, explica en conversación con DW que la metanfetamina es una droga con presencia en Europa desde hace muchos años, “sobre todo en la República Checa, también en el este de Baviera y en el sur de Sajonia, Sajonia Anhalt y Turingia. En todos estos Länder alemanes se produce crystal meth o metanfetamina. Yo creo que los cárteles mexicanos están cooperando con otros en Europa. Es muy difícil llegar de la nada al mercado europeo, y las redes criminales aquí ya tienen una infraestructura para la administración de metanfetamina y también los conductos para llegar a los consumidores finales”.
Stöver señala que casi todos los insumos para su fabricación pueden adquirirse legalmente. “Hoy en día se obtiene todo a través de internet, eso explica que haya tantos productores aficionados a esta droga”. Pervitin, como se conocía comercialmente esa droga desde la Segunda Guerra Mundial, podía adquirirse sin receta en la antigua República Democrática Alemana (RDA) hasta 1988, según el experto. “La metanfetamina tiene una larga tradición en Alemania, prácticamente fue inventada aquí. Se usó de manera masiva en la Segunda Guerra Mundial para mantener despiertos a los soldados durante largo tiempo y poderlos desplegar incluso sin comer. El caso más conocido es el del escritor alemán Heinrich Böll, que tomó metanfetamina durante la guerra”.
Stöver destaca que esta droga es mortal. “Hay personas que la consumen regularmente y, a largo plazo, los efectos son pérdida de peso y muchos otros efectos secundarios, como ataques psicóticos durante la abstinencia. Puede ser comparada con la cocaína. Podría decirse que crystal meth es algo así como la cocaína de los pobres. Tiene un efecto similar, incluso más fuerte”.
Laboratorio clandestino para la producción de metanfetamina en México. Entre tanto, el consumo entre los jóvenes ha convertido a México en un gran mercado para la producción y distribución de drogas sintéticas, con graves consecuencias para la salud pública.
Adicción, casi desde la primera vez
El periodista mexicano Ricardo Ravelo señala que esta droga ya se consume en todas partes, también en México. “Estados Unidos sigue siendo el mercado más voraz, pero entre la juventud actual las drogas químicas tienen mucha demanda. La famosa grapa de cocaína, en la que se mezclan otros químicos, ya no es cocaína. La venden en el equivalente a 2, 3 euros. Hay dos tipos de cocaína, la famosa “nacarada”, de alta calidad y otra que la llaman “ala de mosca”, porque tiene como capitas. La cocaína de alta calidad cuesta unos 3.000 pesos por gramo, equivalentes a unos 150 euros. Lo que venden en la calle por 50, o 100 pesos, obviamente no es cocaína. Es droga sintética, que tiene una gran demanda en bares, restaurantes, centros nocturnos, discotecas, allí donde se consume mucha droga sintética”.
El periodista, autor del libro “Atrapados”, en el que habla del infierno de las drogas sintéticas, afirma que su consumo genera una adicción irreversible, dramática en la vida y la muerte de las personas que terminan sumidas en estas adicciones. Algo que ha aumentado notablemente durante la pandemia de coronavirus.
“El encierro aumentó la ansiedad, miedo, angustia, el desempleo, mucha gente no enfrentó todo esto y huyó a las drogas.”
Con información de DW