El Gobierno de Países Bajos decidió prohibir el tráfico aéreo de pasajeros con el Reino Unido de forma inmediata y durante al menos diez días, con lo que sigue una recomendación de las autoridades sanitarias neerlandesas por temores a la nueva variante del coronavirus detectada en territorio británico.
En un comunicado, el Ministerio de Sanidad confirmó que un estudio realizado en Países Bajos a principios de diciembre reveló que también circulaba un virus con la variante descrita por el Reino Unido, y, tras la alarma en Londres, las autoridades sanitarias se encuentran ahora analizado esta cepa de coronavirus, cómo se produjo el contagio de la persona afectada y si hay casos relacionados.
“Parece que se propaga con mayor facilidad y rapidez y es más difícil de detectar”, alerta el Ejecutivo de La Haya.
El Instituto de Salud Pública de Países Bajos (RIVM) pidió a Sanidad el control de los movimientos de pasajeros con el Reino Unido “tanto como sea posible” para limitar “la introducción de esta cepa de virus” en territorio neerlandés, por lo que el gabinete ha tomado la decisión cautelar de declarar la prohibición del tráfico aéreo de personas procedentes de las islas británicas hasta al menos el 1 de enero.
La prohibición no incluye el transporte de mercancías, ni la movilidad del personal sanitario, y se mantienen abiertos los diferentes puertos, entre ellos, el de Róterdam, así como el transporte ferroviario, por lo que aún es posible viajar en coche, tren y barco.
El ejecutivo insistió en pedir a los ciudadanos que “no viajen al extranjero, a menos que sea estrictamente necesario” debido al “riesgo sustancial de propagación del virus que provoca el COVID-19”, y anunció que, tras su decisión unilateral de prohibir los vuelos, coordinará en los próximos días con el resto de los países europeos “la posibilidad de restringir aún más las importaciones del virus desde el Reino Unido”.
Ante la evidencia científica que indica que la nueva cepa acelera hasta un 70% más la transmisión del virus, el primer ministro británico, Boris Johnson, se vio forzado ayer a modificar los planes de movimiento de la población para esta Navidad, con duras medidas restrictivas en gran parte del Reino Unido.
Si bien esta variante se propaga con velocidad, no hay pruebas de que sea más letal o que pueda tener un impacto en la efectividad de las vacunas desarrolladas contra la COVID-19 y que ya se están suministrando en algunos países, entre ellos el Reino Unido, si bien este extremo se está evaluando con urgencia para su confirmación.
Mañana, lunes, los expertos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) tienen previsto anunciar sus conclusiones sobre la vacuna del COVID-19 desarrollada por las farmacéuticas Pfizer, BioNTech, las cuales, de ser positivas, permitirían a la Comisión Europea otorgar una licencia condicional de uso del fármaco en los países miembros a mediados de semana.
Con información de EFE