Dos millones de personas deberían ser vacunadas cada semana en el Reino Unido para evitar una tercera ola de COVID-19, según una proyección de expertos británicos a raíz del incremento de contagios por la nueva cepa del coronavirus.
La London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM, por sus siglas en inglés) hizo este cálculo, que ha compartido con el Grupo asesor científico del Gobierno británico, más conocido como Sage, según revela este martes el periódico “Daily Telegraph”.
La LSHTM considera que su cálculo es el doble de lo estimado por el Gobierno para su programa de vacunación, que empezó el pasado día 8 con el preparado de Pfizer/BioNTech.
Esta valoración sale publicada mientras se espera que esta semana los reguladores británicos aprueben la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, de la que el Ejecutivo tiene comprometidas cien millones de dosis.
El Reino Unido registró ayer 41 mil 385 nuevos contagios de la COVID-19 y otras 357 muertes, según las autoridades sanitarias, que han alertado de que el alto nivel de casos no tiene precedentes.
Las autoridades han manifestado la preocupación por los contagios en el sur y sureste de Inglaterra, que los expertos relacionan con la aparición de una nueva variante del coronavirus.
“La intervención más rigurosa, teniendo el nivel 4 (de riesgo, grave) en Inglaterra, el cierre de escuelas en enero y dos millones de personas vacunadas cada semana es el único escenario que consideramos reduce la presión en la UCI por debajo de los niveles vistos durante la primera ola (marzo/abril)”, según LSHTM.
El director de la Sanidad británica (NHS, en inglés), Simon Stevens, ha indicado que el país está otra vez “en el ojo del huracán”, con “una segunda ola del coronavirus extendiéndose por Europa y, ciertamente, en este país”.
Los hospitales en el sureste inglés están bajo una creciente presión por el inquietante incremento de los contagios, debido a la rápida propagación de la nueva cepa del coronavirus.
Los servicios de ambulancias del sureste de Inglaterra, donde se detectó la variante británica del coronavirus, están recibiendo cerca de 8.000 llamadas de urgencia por día, unos niveles no vistos desde el pico de casos en la primera ola el pasado abril.
Londres y numerosos condados del sur y este de Inglaterra están en el nivel 4 de riesgo de COVID-19, lo que ha obligado al cierre de tiendas no esenciales, gimnasios, cines, peluquerías, salones de belleza, mientras que se ha pedido a la población que evite usar el transporte público y se quede en casa.
Con información de EFE