La farmacéutica estatal china Sinopharm aseguró hoy que una de sus vacunas tiene una efectividad de casi el 80 por ciento contra el coronavirus causante de la COVID-19, el SARS-CoV-2 y que ha pedido a las autoridades médicas del gigante asiático que den su visto bueno para comercializarla.
Según el Instituto de Productos Biológicos de Pekín, subsidiaria de Sinopharm con la que se desarrolla este suero, los datos provisionales de la fase 3 de ensayos clínicos arrojan una eficacia del 79,34 %.
Se trata de la primera ocasión en la que una compañía del gigante asiático anuncia oficialmente la eficacia de una de las vacunas que se desarrollan en el país, aunque las autoridades de Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los países que participaron en las pruebas, habían indicado a principios de mes que este producto contaba con una eficacia del 86 %.
En su página web, el Instituto de Productos Biológicos de Pekín afirmó hoy que los resultados de la fase 3 de pruebas muestran que sus niveles de seguridad son “buenos”, y que todas los participantes desarrollaron altos niveles de anticuerpos tras recibir las dos dosis.
El escueto comunicado no detalla por qué la eficacia anunciada es inferior a la avanzada por EAU, cuántos de los participantes en las pruebas sí contrajeron la covid o si se han detallado efectos secundarios.
A este respecto cabe recordar que las autoridades sanitarias chinas han reiterado en los últimos meses que no se han detectado efectos adversos graves durante los ensayos con las diferentes candidatas a vacuna desarrolladas en el país.
El documento sí afirma, en línea con las pruebas ya realizadas en EAU, que la tasa de seroconversión de anticuerpos neutralizantes es del 99,5 %.
YA USADA EN CASOS EXCEPCIONALES EN CHINA
Los datos extraídos de los ensayos, afirma el Instituto de Productos Biológicos de Pekín, están en línea con los estándares técnicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta posible vacuna contra la covid es una de las dos que desarrolla Sinopharm junto a la producida con el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, ciudad central china en la que se detectó el primer brote a nivel mundial de la pandemia.
Esos dos sueros -así como otros desarrollados por otras compañías del gigante asiático- han sido empleados en China desde julio en casos excepcionales, centrados en la protección de personal sanitario, de empleados de programas de prevención de la covid, trabajadores portuarios y transportistas o personas que han de trasladarse a países donde el riesgo de contagio es todavía alto.
Hace poco más de un mes, el presidente de Sinopharm, Liu Jingzhen, había afirmado que casi un millón de personas en China habían recibido ya una de estas vacunas “de emergencia” y que solo un pequeño número había presentado efectos adversos leves.
Aunque todavía no se ha hecho oficial, Liu avanzó en agosto que el precio combinado de las dos dosis de sus vacunas no superaría los 1.000 yuanes (153 dólares, 125 euros), una marca significativamente superior a las de posibles sueros occidentales como los de Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca-Oxford o Johnson & Johnson.
LA VACUNA HA SIDO PROBADA EN ARGENTINA Y PERÚ
Debido a que China mantiene prácticamente bajo control la epidemia, los desarrolladores de vacunas del país han tenido que llevar a cabo sus programas de ensayos clínicos en el extranjero.
En el caso de Sinopharm, estas pruebas se han llevado también a cabo en países latinoamericanos, en concreto, en Argentina y en Perú.
Al registrar la de Sinopharm y el Instituto de Productos Biológicos de Pekín, EAU se convirtió en el primero en dar el visto bueno a una vacuna china, incluso antes que la propia China, que todavía no ha autorizado oficialmente la comercialización de ninguno de los sueros desarrollados en el país aunque los medios estatales afirmaron que lo haría antes de que finalizase 2020.
Sin embargo, cuando solo quedan poco más de 30 horas para la llegada del nuevo año 2021 en China, las autoridades todavía no han dado luz verde a ninguna de las candidatas.
Actualmente, cuatro vacunas desarrolladas en China han alcanzado la fase 3 de pruebas clínicas: dos de Sinopharm y una de Sinovac se basan en versiones inactivadas del agente infeccioso, mientras que la impulsada por CanSino Biologics emplea un vector de adenovirus para producir anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2.
A ellas hay que sumar la vacuna de Pfizer y BioNTech, cuyo socio exclusivo en China, Fosun Pharma, también tomó parte en los ensayos y anunció recientemente que importaría al menos 100 millones de dosis a lo largo de 2021, también dependiendo del visto bueno de Pekín.
Con información de EFE