Las instituciones serias miden rápido los alcances dañinos del populismo y lo reprueban.
Es el caso del Ejército de Estados Unidos, cuyos integrantes prefieren al candidato presidencial demócrata que al republicano.
Días antes de que se conocieran las revelaciones del director editorial de The Atlantic y de Bob Woodward, una encuesta levantada entre miembros activos del Ejército señala que sólo 38 por ciento tiene una opinión favorable de su comandante en jefe.
Con toda seguridad esa calificación ha caído aún más luego de conocerse que Trump no quiso rendir homenaje a los soldados estadounidenses enterrados en un cementerio cercano a París, porque no le gusta estar cerca de “loosers”: si los mataron eran unos perdedores, dijo a su staff.
La encuesta de Military Times, que se publicó la semana pasada, indica que Joe Biden tenía una ventaja de cuatro puntos sobre Trump entre los integrantes de las Fuerzas Armadas.
Es la primera vez en décadas que los miembros del Ejército reprueban a un presidente republicano y se aprestan a votar mayoritariamente por un demócrata.
En la elección pasada, Trump superó dos a uno a Hillary Clinton entre los miembros de las Fuerzas Armadas, y 70 por ciento de los veteranos votó por el republicano.
Apenas hace unos días, 42 por ciento de los militares tenía una opinión muy desfavorable de Donald Trump, 7.9 desfavorable, y sólo 38 por ciento lo aprobaba.
Escribo en pasado, porque las agujas dentro del Ejército se han movido en una semana de revelaciones que enseñan a un Trump que califica de “maricones” a sus generales y sin sensibilidad hacia los muertos en combate, entre ellos el hijo del exsecretario de Seguridad de Estados Unidos durante el inicio de su mandato, John Kelly.
El Día de los Caídos, en 2017, Trump y Kelly visitaron el cementerio de Arlington, donde está enterrado el hijo del exsecretario –Robert–, asesinado en Afganistán, y junto a su tumba, rodeado de cruces blancas de soldados muertos en batalla, el presidente le dijo: “No entiendo. ¿Qué ganaron ellos?”
Durante su visita a Francia, en 2018, Trump canceló una visita programada al cementerio Aisne-Marne, donde reposan los restos de mil 800 soldados estadounidenses muertos en el combate para detener el avance alemán hacia París en la Primera Guerra Mundial, pues en su opinión fueron “tontos” que se dejaron matar.
Y le preguntó a su staff: “¿quiénes eran los buenos en esa guerra?”.
Ninguno de los generales que acompañaron a Trump en ese viaje ha desmentido lo publicado en The Atlantic el pasado día siete de este mes.
Tampoco John Kelly, hacia quien apuntan las sospechas de la Casa Blanca de ser la fuente de información del reportaje.
Cuando murió el exsenador y candidato presidencial republicano, John McCain, héroe de guerra en Vietnam, donde estuvo prisionero cuatro años, Trump le dijo a un asistente: “no vamos a apoyar el funeral de un perdedor. No es un héroe. Me gusta la gente que no fue capturada”.
De acuerdo con The Atlantic, se refirió a George Bush (padre) como “un perdedor”, porque fue derribado por los japoneses cuando era piloto de la Armada en la Segunda Guerra (otros ocho fueron derribados con Bush, a quienes los capturaron, torturaron y ejecutaron. “Perdedores”, les llama Trump.
Todo eso se conoció antes de que se publicara la encuesta en que la mayoría de los militares reprueba la gestión de Trump.
Les pegó mucho la orden presidencial de abandonar a los kurdos en Siria, que combatieron heroicamente al Ejército Islámico (ISIS). Su desprecio por los aliados estratégicos en la OTAN y en Lejano Oriente.
Pero hay más, y no menos importante. La mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas apoyan (contra la voluntad de Trump) cambiar el nombre a bases militares que llevan el apellido de generales confederados (que pelearon por mantener a los negros como esclavos).
Consideran, de manera abrumadora, que debe prohibirse la bandera confederada que aún ondea en algunas bases del Ejército.
Y, muy importante, no ven a la migración, ni a la desobediencia civil ni a las protestas por la igualdad racial como riesgos para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Después de la encuesta vinieron las revelaciones acerca de los dichos ofensivos del presidente Trump hacia los generales y soldados del Ejército del cual es comandante supremo.
Tiene a las Fuerzas Armadas en contra. Están con Biden, aun sin ser simpatizantes del Partido Demócrata.
La posición de las Fuerzas Armadas es importante en estas elecciones porque una de las posibilidades, adelantada por el presidente, es que no reconozca el resultado y se atrinchere en la Casa Blanca. Alguien tendrá que sacarlo.