El grupo aéreo International Consolidated Airlines Group (IAG) -al que pertenecen Iberia y British Airways- registró en 2020 unas pérdidas de 6.923 millones de euros frente a las ganancias de 1.715 millones el año anterior, como consecuencia de las restricciones al tráfico aéreo impuestas en todo el mundo para contener la covid-19.
La compañía británico-española ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), regulador bursátil, de que en 2020 el grupo transportó un 33,5 % del pasaje total respecto al año anterior, y para el primer trimestre de 2021 sitúa la capacidad en torno al 20 % de la registrada en ese periodo de 2019, aunque los datos “siguen siendo inciertos y sujetos a revisión”, señala en un comunicado.
El año pasado se cerró con una caída en los ingresos del 69,4 %, hasta los 7.806 millones de euros, resultado del descenso de los registrados por pasaje en un 75,5 % (hasta 5.512 millones de euros), mientras que los obtenidos por carga evolucionaron mejor (aumento del 16,9 %, hasta 1.306 millones).
Iberia redujo el número de pasajeros transportados en un 69,7 % (de 22,4 millones en 2019 a 6,8 millones en 2020); British bajó un 74,3 % (hasta 12,2 millones); Aer Lingus descendió el 81,8 %; Level, el 76,3 %, y Vueling, el 72,1 %.
Las pérdidas de las operaciones del ejercicio fueron de 7.426 millones de euros, frente a un beneficio de 2.613 millones en 2019, y antes de partidas excepcionales se situaron en 4.365 millones (3.285 millones de beneficios un año antes).
El grupo registró un cargo excepcional antes de impuestos de 3.061 millones de euros relacionado con la suspensión de la contabilidad de coberturas de combustible y divisas, el deterioro de la flota y los gastos de reestructuración.
El grupo de aerolíneas -al que pertenecen también Aer Lingus, Vueling y Level- se aseguró financiación adicional por 3.400 millones de euros en el cuarto trimestre mediante distintos préstamos y operaciones de venta y arrendamiento posterior.
Ahí se incluyen un préstamo de 2.000 millones de libras esterlinas (2.290 millones de euros) concedido por UK Export Finance y cerrado en febrero de 2021, y otros 1.000 millones de dólares (824 millones de euros) para British Airways.
Recoge también 200 millones de dólares (165 millones de euros) en operaciones de venta y posterior arrendamiento en Iberia, y 150 millones de euros para Aer Lingus con garantía del Ireland Strategic Investment Fund (ISIF), además de que se amortizaron préstamos puente por valor de 800 millones de euros.
El efectivo se situó en 5.917 millones de euros a cierre del año, lo que supone una disminución de 766 millones de euros respecto al final de 2019.
Las líneas de financiación generales y de aeronaves comprometidas y no utilizadas sumaron 2.140 millones de euros, de forma que la liquidez total se situó en 8.100 millones de euros, que suben a 10.300 millones si se suma el préstamo de UK Export Finance a British.
Así, la liquidez se situó en niveles superiores a los tiempos pre-covid, según el consejero delegado del grupo, Luis Gallego.
La inversión en inmovilizado se redujo en 2.300 millones de euros frente a lo planeado a comienzos de año, hasta 1.900 millones de euros. De esta cantidad, 500 millones de euros corresponden a siete entregas de aeronaves que se retrasaron desde el cuarto trimestre de 2020 hasta 2021.
Para 2021 el grupo avanza que la inversión en inmovilizado será inferior a la de 2020.
En 2020 British Airways llegó a un acuerdo para aplazar 495 millones de euros de aportaciones a planes de pensiones correspondientes al periodo entre septiembre de 2020 y octubre de 2021.
También alcanzó un principio de acuerdo relativo a sus planes de restructuración para los empleados del negocio de carga, que se suma al acuerdo anterior con el resto de colectivos de empleados.
El consejero delegado ha destacado en la nota que a pesar del “tremendo” impacto de la covid, el grupo ha tomado medidas efectivas para preservar el efectivo, reforzar la liquidez y reducir la base de costes.
Gallego ha pedido una hoja de ruta clara respecto al levantamiento de las restricciones actuales para que la gente pueda volver a volar llegado el momento, y normas internacionales comunes en cuanto a test y la implementación de tarjetas sanitarias digitales para reabrir los cielos con seguridad.