El Consejo de la Judicatura Federal estaría incurriendo en prácticas de discriminación institucional por razón de edad, al asignar plazas de oficial administrativo de juzgado a jóvenes con 29 años en promedio e inclusive hasta 24 años, dejando fuera de los concursos de selección a personas mayores de 40 años, que, aunque tienen los méritos académicos y laborales necesarios, no habrían sido consideradas como aspirantes a competir en igualdad de circunstancias por las vacantes disponibles para el mencionado cargo; mismas que han sido dadas a conocer por el propio Portal de Transparencia e Información Pública del Consejo de la Judicatura Federal y que han sido ocupadas, sin que en todos los casos medie convocatoria para concurso de selección.
A las irregularidades anteriores se agrega la imposición arbitraria de requisitos no establecidos en el Manual General de Puestos aprobado por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, como es el caso del titular del Juzgado Quinto de Procesos Penales Federales, el juez Rodolfo Martínez Abarca, quien exige a los aspirantes al cargo de oficial administrativo de juzgado, haber trabajado anteriormente en el Poder Judicial de la Federación, es decir, ser parte de la familia judicial federal, y tener conocimientos específicos en la materia penal, en su aspecto sustantivo y procesal; sin embargo, en el mencionado Manual General de Puestos se establece a la letra que para ocupar el referido cargo de oficial administrativo, no es necesario tener experiencia y basta únicamente con tener, cuando menos, el nivel académico de educación media superior.
Las anomalías antes referidas, forman parte de la queja CONAPRED/DGAQ/0743/DQ/18/I/MEX/Q0743, presentada por el licenciado José Ángel Pérez Carbajal, quien denuncia que apenas a dos días de que Rodolfo Martínez Abarca fue readscrito al cargo de Juez Quinto de Procesos Penales Federales, el mismo resolvió no renovarle el nombramiento de oficial administrativo BS50203-15 que le había otorgado el anterior titular del Juzgado; ello, en razón de que el recién llegado juez se había percatado de que Pérez Carbajal ya tenía 40 años de edad, lo cual era “un problema”, ya que advertía que tenía una “visión arcaica” y él necesitaba “gente con una visión joven”.
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