“Hoy Buenos Aires vive una situación excepcional cuando uno lee que el resto del mundo, en muchos lugares, incluso en la región, lamentablemente tiene otras características y los espacios culturales están cerrados. Ojalá no tengamos que hacerlo aquí”, dijo el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro.
Argentina y Brasil avanzan en direcciones diferentes en la lucha contra el coronavirus. Mientras Buenos Aires comienza a retomar su ritmo habitual con la reapertura de cines y teatros, las principales ciudades brasileñas refuerzan las restricciones y vuelven a cerrar ante un feroz avance del virus.
La capital argentina reabrió el viernes su icónico Teatro Colón después de permanecer un año cerrado y el público está volviendo lentamente a los cines, luego de que las salas abrieran el miércoles con filmes como “Tenet” y “The Witches”.
Pero la situación en Brasil es bien distinta. Río de Janeiro adoptó nuevas restricciones relacionados con el Covid-19, que incluyen un toque de queda nocturno, en un intento de contener una letal segunda ola de coronavirus que azota al país.
Mientras Brasilia y Sao Paulo cerraron las salas de cine, en Río de Janeiro continúan abiertas con un aforo reducido al 40% y restricciones de horarios. Pero en muchas ciudades del país se incrementaron las medidas y cerraron bares, restaurantes y centros comerciales considerados no esenciales.
Las diferencias entre Brasil y Argentina pueden explicarse en las medidas adoptadas por los gobiernos de los vecinos para contener el virus. Mientras el presidente argentino Alberto Fernández mantuvo normas más estrictas, su par brasileño Jair Bolsonaro relajó las restricciones, a pesar de las advertencias de las autoridades sanitarias mundiales.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó el miércoles sobre la situación en Brasil por la aparición de nuevas variantes y la saturación de los hospitales debido a una segunda ola de la pandemia.
Si bien el virus no está totalmente bajo control en Argentina y la vacunación es lenta, el panorama para los argentinos luce más alentador que para los brasileños.
“Hoy Buenos Aires vive una situación excepcional cuando uno lee que el resto del mundo, en muchos lugares, incluso en la región, lamentablemente tiene otras características y los espacios culturales están cerrados. Ojalá no tengamos que hacerlo aquí”, dijo a Reuters el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro.
El emblemático Teatro Colón de Buenos Aires reabrió el viernes por la noche tras estar cerrado al público casi un año por el Covid-19 con una serie de conciertos para homenajear al fallecido bandoneonista y compositor argentino Astor Piazzolla, aunque aún no anunció la programación de su temporada 2021.
“Es muy emocionante estar acá, ni hablar en un evento que conmemora los 100 años de Astor Piazzolla. Admiro mucho su obra”, dijo a Reuters Nicolás Bello, un asistente de 45 años, en la fila con distanciamiento social para ingresar al teatro.
La apertura de los cines el miércoles después de casi 11 meses cerrados tampoco generó aún una afluencia masiva de público, a pesar de presentar estrenos de películas que no habían estado disponibles en Argentina, como “Wonder Woman 1984” y “Tom y Jerry”.
Claudio Méndez, country manager de la cadena de cines Cinépolis, dijo que esperaban que a medida que avance la vacunación los cines puedan volver a la normalidad después de un año increíblemente difícil, con una caída de facturación por venta de entradas del 77.2% en la comparación 2020-2019.
“Es una situación no imaginada ni en la peor película de terror”, dijo Méndez. “Creemos que a medida que avance el proceso de vacunación (…) los estrenos comenzarán a fluir de una forma más normal”, agregó.
Pero los restaurantes y bares de Buenos Aires están abiertos con mesas en la calle y, salvo por las mascarillas y el distanciamiento social, la escena luce por momentos bastante similar a la anterior al inicio de la pandemia, a diferencia de zonas desiertas de las principales ciudades de Brasil.