Día Mundial del Agua. Es hoy. La cita llega justo a tiempo para hablar de arte. En tierras valencianas, dos escultores con mucho que contar, el dúo artístico Coderch & Malavia, han dirigido la mirada al mar para su nuevo proyecto. Están convirtiendo en bronce una colección de Nereidas, las protectoras del Mediterráneo en la mitología griega.
Han empezado a salir piezas del taller. Siguen trabajando en otras. No saben cuántas realizarán, «las Nereidas son entre 50 y 60, dependiendo de los autores que hablan de ellas», explica Javier Malavia, el 50% del dúo artístico. De momento ya tienen dos. «La primera es Clio y con la segunda estamos ahora viendo el nombre». Quizás quede bautizada como Galatea. Y, mientras, ya trabajan con la tercera. Todas saldrán con tonos «azulados, verdosos o turquesas. Siempre colores con referencia al mar».
Son la representación de las protectoras de los navegantes, de los hombres del Mediterráneo. Pero mostraban también otro perfil que les añade encanto. «Eran muy buenas. Benevolentes hasta que alguien atacaba a una de ellas. Entonces iban todas a defenderla», señala el artista. Una y otra son las cualidades de las Nereidas que han inspirado la obra de Coderch & Malavia, creadores en cuya trayectoria la cultura clásica tiene presencia y significado de mucho peso. Va a ser una colección que, sin duda, lleva implícito un homenaje al mar en un momento de llamadas a cuidarlo.«La compasión por los navegantes en apuros y la humanidad», es un «sentimiento que encaja con el momento que actualmente estamos viviendo», advierte Malavia.
El proceso a seguir es complejo. Así se desprende de las palabras del escultor cuando explica que hay que conseguir plasmar en la obra la sensación de un cuerpo que se encuentra en el agua. Hay que recoger las ondulaciones que, por ejemplo, se trazarían en el pelo o cómo se movería. En ello son especialistas este dúo de artistas cuyo taller se rige por el principio de acudir siempre «al modelo del natural».
Todos sus proyectos parten de la observación de un modelo o una modelo que posa. También en el caso de las Nereidas han seguido esta táctica. «Hacemos fotos que sirven de arranque a la pieza», advierte Malavia. Pero vuelven los modelos porque estos dos creadores están convencidos de que es la mejor manera de obtener la representación de los movimientos, las sensaciones que buscan para su obra, o incluso la posibilidad de encontrarse con una sorpresa que alumbre nuevas ideas.