Los Ángeles (EE.UU.), 26 mar (EFE).- ¿Hay en “Godzilla vs. Kong” algo más que un titánico combate entre dos de los monstruos más populares del cine? Demián Bichir cree que sí, y que esta superproducción retoma el cine de catástrofes para reflexionar sobre el egoísmo del hombre y la destrucción del medioambiente.
“La falta de respeto que hemos mostrado ante la naturaleza ha sido brutal”, dijo el actor mexicano.
En “Godzilla vs. Kong”, que en Estados Unidos se estrenará el 31 de marzo en cines y HBO Max a la vez, Bichir (Ciudad de México, 1963) da vida a un egocéntrico y avaricioso multimillonario y comparte protagonismo con Millie Bobby Brown, Alexander Skarsgård, Rebecca Hall, Brian Tyree Henry y la también mexicana Eiza González.
Esta cinta del director Adam Wingard es la culminación del llamado MonsterVerse, una saga de Warner Bros. y Legendary que ha recuperado en Hollywood el género kaiju (cine japonés de monstruos) para combinarlo con las historias de King Kong en espléndidas cintas como “Kong: Skull Island” (2017).
En el plano personal, “Godzilla vs. Kong” contribuye al regreso de Bichir tras alejarse de los grandes focos en abril de 2019 por el suicidio de su esposa Stefanie Sherk.
MONSTRUOS PARA UN MUNDO EN VILO
Pregunta: Contaba recientemente que de niño creció viendo películas de Godzilla y de King Kong. ¿Cómo ha cambiado desde entonces el subgénero de los monstruos apocalípticos?
Respuesta: Básicamente gracias a la tecnología, las cosas que se pueden hacer ahora con efectos digitales. Me parece que es el factor determinante de todo esto. Y las historias me parece que honran a los monstruos pero también son más significativas ahora.
Creo que esos dos serían los elementos fundamentales de desarrollo: la tecnología y que las historias van más apegadas a lo que estamos viviendo, son más humanistas y también más puntuales a lo que significa el poder y el egoísmo.
P: Rico, todopoderoso, arrogante. Se me ocurren algunos ejemplos del mundo real que se parecen a su personaje…
R: (Sonríe). Es totalmente ficción, no hay alguien como Walter Simmons (su personaje). Pero hay por ahí algunos que podrían ser una combinación de varios.
Lo que este personaje significa es esta enorme capacidad que puede brindarte el poder económico (…) contra el objetivo fundamental de que lo que sea que hagas le sirva a la humanidad.
Esta es una decisión que la gente con poder debe tomar a final de cuentas. Y (la decisión) no siempre tiene resultados amables.
La mayor parte de la gente que tiene poder únicamente ve para su propio beneficio y su objetivo más claro es hacerse más y más ricos, más y más poderosos.
Es poca la gente que tiene un espíritu altruista, que quiere aplicar su poder económico y creativo para el beneficio de la gran mayoría, del común denominador.
EL HOMBRE Y LA TIERRA
P: Cuando empezó la pandemia se habló de que saldríamos mejores, de que esta terrible crisis cambiaría el egoísmo del ser humano. ¿Cree que será así?
R: No necesitas ser poderoso para pensar en los demás. Tampoco necesitas ser poderoso para ser egoísta.
La pandemia ha sido una prueba dura e importante para toda la humanidad para saber de qué estamos hechos, sobre todo en cuanto a empatía y generosidad.
La mayor parte de los países que siguen cerrados, que tienen que volver a cerrar o a implementar medidas muy duras por la pandemia tienen que ver con eso, con que la mayoría de sus ciudadanos simplemente se niegan a ver por el bien común.
Es este reclamo constante de “a mí nadie me puede quitar la libertad de hacer lo que quiera, de ponerme o quitarme la mascarilla, nadie me puede obligar a esto o aquello”.
Sigue siendo el nihilismo lo que reina.
A la gente se le ha olvidado que no se trata de alguien en particular ni del bien personal de nadie, sino del bien común. Es la primera vez que realmente el planeta completo está siendo puesto a prueba.
El hecho de que dependemos todos del otro para poder subsistir nunca ha quedado más claro que ahora. El planeta va a subsistir con o sin nosotros. No se trata de salvar al planeta: se trata de salvarnos a nosotros como especie. Es más, el planeta estaría mejor sin nosotros (sonríe).
P: Esta película muestra al ser humano intentando controlar y dominar sin éxito el medioambiente. Pensando en la crisis climática, ¿le hemos faltado al respeto a la naturaleza?
R: Por supuesto, por supuesto.
Nosotros somos invasores de este planeta. Invadimos el terreno ajeno, el terreno de la vida salvaje de la flora y de la fauna. Hemos invadido su propio desarrollo.
Cuando nosotros cazamos sin ningún tipo de restricciones, cuando eliminamos especies de la faz de la Tierra, cuando talamos hectáreas y hectáreas de árboles, cuando experimentamos con animales, cuando cruzamos líneas que son verdaderamente claras y que no se deben cruzar… Esto es lo que resulta: ese deterioro constante.
La falta de respeto que hemos mostrado ante la naturaleza ha sido brutal.
Y está muy presente. Se ve en detalles tan tontos como ir a la playa y ver el basurero que deja la gente. Eso es una invasión a la naturaleza y muy poca gente entiende que todo ese daño que causamos se nos revierte en las narices.
La ecuación es muy simple: a través del respeto por la flora, la fauna y la naturaleza es como nosotros vamos a poder subsistir. Es una situación en la que ganas o ganas. Es al revés cuando perdemos o perdemos.