Javier Guillén Izco, de la Asociación para la Evaluación y Acreditación de Laboratorio Animal Care International (AAALAC), demostró su preocupación respecto a la escasez de primates para experimentación científica, pues esta especie ha sido clave para el desarrollo de las vacunas contra el Covid-19.
Sin embargo, la propia pandemia ha limitado el acceso a ellos, ya que China, su mayor exportador mundial, suspendió su venta al principio de la pandemia y no la ha reanudado.
Pese a lo que podríamos pensar, el uso de macacos para investigación durante el 2020 y el primer trimestre del 2021 ha disminuido. Esta baja está relacionada con dos factores principales, el primero de ellos tiene que ver con las restricciones que ha supuesto el confinamiento y las medidas de contención del virus a nivel internacional, pues un gran número de países ha limitado la movilidad de visitantes a sus territorios para evitar el aumento de casos del Covid-19.
En este respecto, el veterinario expresó, en una entrevista con el Sistema de Investigación y Noticias Científicas (SINC) que “aunque la investigación de Covid-19 ha demandado mayor número de animales en estos estudios, durante el año pasado muchos centros limitaron la actividad científica por las restricciones de movilidad del personal y por seguridad en las propias instalaciones”.
De acuerdo con el investigador, la restricción de exportaciones fue comprensible al inicio de la pandemia, pues respondía a los intereses preventivos en contra de la enfermedad. “Sin embargo, ahora hay gente que lo interpreta como una forma de acaparar estos animales desde China para que la investigación, con todo lo que supone en términos de desarrollo científico y económico, se vaya a ese país asiático”, ahondó.
En este contexto, el responsable del Servicio de Experimentación Animal consideró que lo que sucederá, de seguir las restricciones de movilidad, es que todos los proyectos relacionados con el uso animal serán desarrollados en el gigante asiático, aunque estos sean patrocinados por compañías e instituciones occidentales.
Otro de los motivos por el cual se ha restringido el acceso a estas especies animales, tiene que ver con los acuerdos firmados durante el 2014 y 2016, en los que la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) prioriza la transparencia y el fomento del bienestar animal a través de un principio denominado como las “tres erres: reemplazo, reducción y refinamiento” en el uso de primates.
¿Hay alternativas para no experimentar con animales?
Sin embargo, este organismo, al que pertenecen más de 140 instituciones científicas, aprobó un decreto que establece plazos para ampliar los programas de experimentación animal, pues a pesar que los grandes esfuerzos efectuados por los investigadores para reducir su uso, no han encontrado un método alternativo que auxilie a obtener los objetivos científicos.
“Las alternativas solo sustituyen muy parcialmente la utilización de animales”, ahondó el experto.
El también director del Animalario de la Universidad de Navarra expuso que con “el desarrollo de las vacunas y el conocimiento de la reacción inmunológica y los posibles tratamientos también están requiriendo un mayor uso de primates no humanos, generalmente macacos”, detalló.
Guillén Izco agregó que otras de las especies a las que se ha recurrido para estudiar al SARS-CoV-2 son hurones, visones y ratones, pues son algunos de los animales susceptibles a la enfermedad, que por sus características fisiológicas facilitan el análisis de los patógenos pero ninguno de ellos tiene el mismo alcance que el análisis de macacos. Sin embargo, en algunos grupos como chimpancés, orangutanes, gorilas o bonobos está prohibida la investigación.
El especialista recalcó que lo más importante es continuar con la experimentación animal sobre todo en primates, sea donde sea que esta se ubique, ya que la respuesta de su sistema inmunitario, así como su susceptibilidad a la infección es más similar a la de los humanos, por lo que aseguró que “no todas las especies animales pueden ser buenos modelos de Covid-19”.
Por ello, explicó que el ratón, a pesar de ser una de las especies de fácil estudio, no es tan susceptible porque carece del receptor de la membrana celular que facilita la entrada del virus. Sin embargo, ha sido considerado para el análisis del Covid-19, ya que previamente sirvió como un modelo modificado genéticamente para comprender a anteriores coronavirus.
“Hay otros modelos y especies susceptibles como hámsters, hurones, visones, entre otros, que están sirviendo para conocer ciertos aspectos relacionados con la infección experimental, pero cuando ya llegamos a un estadio de fase preclínica el uso de los macacos es fundamental”, pormenorizó.
¿Debería prohibirse las pruebas en animales?
A la postre, Javier Guillén hizo énfasis en torno a las controversias que rodean al uso de animales, pues gran parte de la sociedad civil desaprueba esta práctica. Fue así que expresó que veterinarios y otros profesionales trabajan en pro de salvaguardar la salud y el bienestar de las especies.
“De la experimentación animal nos beneficiamos todos, incluidos los propios animales en los tratamientos veterinarios.
Además de lo que nosotros recibimos en la farmacia o en el hospital, cualquiera que tenga una mascota enferma tiene que saber que los tratamientos que reciba para salvarla se han logrado gracias a la experimentación animal. Así de claro”, precisó.