La imagen de largas filas en las llamadas ‘colas del hambre’ ha llamado la atención en Europa, pues no se veía tanta crisis humanitaria desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, cuando los habitantes se encontraban sumamente vulnerables.
Ante la pandemia de Covid-19, la situación ha empeorado. Y es que largas filas de personas se aglomeran en las puertas de varias fundaciones, iglesias, comedores comunitarios o bancos de alimentos para recibir platos de comida.
Por ejemplo, en países como España o Inglaterra la crisis es más evidente ya que zonas como Madrid han registrado a medio millón de personas solicitando ayuda alimentaria.
Estadísticas revelan que solo en esa capital, los bancos de alimentos vieron aumentar su demanda interanual en un 40%.
Las 500 mil personas que se atendieron el año pasado equivalen más o menos el 15% de la población total de Madrid. Es decir que casi dos de cada diez personas que viven en la ciudad fueron por comida a Cáritas durante el año pasado.
El cuadro de las colas del hambre se repite, casi sin variaciones, en Londres, Nueva York, São Paulo y otras grandes metrópolis supuestamente ricas. El panorama general no es alentador. En países que antes de la pandemia no estaban bien, la crisis del Covid-19 reforzó los problemas ya existentes.
Finalmente, el martes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtieron que la desnutrición aguda “se disparará en más de 20 países”.