Carlos Olamendi, hermano de la hoy controvertida Patricia, sería designado por el entonces gobernador de Puebla, Mario Marín Torres para despachar al frente de una comisión encargada de brindar atención a los migrantes de Puebla en la Unión Americana.
Dotado de atribuciones propias de los servicios consulares en los términos de la Convención de Viena sobra la materia, el Decreto que creara la referida comisión, en consecuencia, invadían competencia propia de la federación en los términos de lo que al efecto se establece en las disposiciones constitucionales en vigor.
Rubén Gil “El Gavilán” otrora líder migrante y prominente empresario transportista en la Unión Americana, sería una de las figuras cercanas a Olamendi; contratista del “Army” en plena Guerra de Irak, Gil sería elegido presidente municipal de su natal Izúcar, y sería, asimismo, consignado como el primer narcoalcalde detenido por la DEA en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Los Ángeles, California.
Otro personaje cercano a la comisión presidida por Olamendi, fue designado por Mario Marín Torres asesor honorario del gobierno de Puebla, y, posteriormente; como representante de la empresa “Envairomental Tec Internatiuonal” S.A. de C.V. , recibiría la encomienda de rehabilitar las aguas del lago del embalse de la presa contigua a la ciudad , para, posteriormente, encargarse de rehabilitar del ríos de la sierra en la estratégica región del Paleocanal de Chicontepec.
Procedente de Brasil, en el ya lejano año de 1962 , Richard Kern Lorden se desempeñaría primero como jefe de una agencia de relaciones públicas llamada “Murden y asociados” y posteriormente como dueño del restaurante “ C’est Sí Bon” , ubicado en la otrora glamurosa y elegante “zona rosa” de la capital del país.
En Brasil compartiría sus andanzas con un colega que sería trasladado al Uruguay con el deliberado propósito de instalar una academia de policía que sirviese de ejemplo en el hemisferio, algo similar a la que posteriormente se erigiría en Chachapa. Lamentablemente, el esforzado colega de Lorden sería secuestrado y ejecutado por la organización clandestina denominada “tupamaros” .
A diferencia de Daniel Mitrione, Lorden sobreviría a una auténtica pléyade de acontecimientos, asiduo residente en la colonia “ Hipódromo Condesa” de la capital del país en la que en alguna ocasión asentaría su domicilio en la calle de Camargo número 35 , para, posteriormente instalarse en el interior 1702 del número 150 de la calle Tamaulipas; dejaría siempre patente a lo largo de su longeva existencia, un indudable afán como emprendedor de negocios de la índole más diversa y variada que el hombro común que transita por las calles pudiera imaginarse.
En sus andanzas por la localidad, acompañado en no pocas ocasiones del hermano de Patricia, trabó una amistad estrecha con altos ejecutivos de la planta automotriz germana, gracias a los cuales y fiel como siempre a su insaciable curiosidad, lograría profundizar en los conocimientos técnicos referentes a los sistemas de control de la emisión de los célebres gases de efecto invernadero.
La entonces comisión de telecomunicaciones entre cuyos integrantes se encontraría a la sazón Javier Lozano Alarcón, extendería a favor de nuestro emprendedor estrella y en su carácter de representante de la empresa “Global Comunications Network” S.A. de C.V., la autorización para instalar 2520 teléfonos de uso público.
Años atrás habría quedado la constancia en las páginas de la sección de sociales del diario “El Universal” , de un acto celebrado en el auditorio de la cámara textil con la presencia de representantes del club rotario internacional, en el que Lorden recibiría el doctorado “honoris causa” por parte de “Newport Univerity”, institución que, reviste tal grado de flexibilidad que jamás de los jamases ha sido dotada de acta constitutiva alguna.
La “academia internacional de policía” , situada en Chachapa, se erigiría por encima de todo, en la que ha de considerase su obra cumbre, y en la que, al parecer, Lorden, apoyado siempre por Carlos Olamendi habría decidió rendir el más sincero de los homenajes a Daniel Mitrione, el malogrado compañero de sus andanzas juveniles en Brasil.
Por lo demás, no poco habría que escudriñar en la eventual incidencia que aquella celebre Comisión para la atención de migrantes habría podido tener en el halconazo que la policía de la ciudad de los Ángeles, California protagonizaría contra las marchas de protesto de trabajadores migrantes el primero de mayo del 2007 y que tan cara le resultó a la postre al “Mayor” de la localidad Antonio Villaraigoza.
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