Si el descenso existiera, el Atlético se vería condenado a irse; el cuadro rojiblanco cae en su nivel con el paso de las jornadas, los jugadores exhiben poco corazón y viven solo de chispazos, pelotazos al área y una futbolística tan rudimentaria que tiene al equipo sumido en el fondo de la porcentual y a punto de tener que pagar una multa que afectará por mucho tiempo la, de por sí, endeble economía desahuciado, que si bien presume del respaldo español, en la cancha no se nota esa garra.
Ante Poncho Sosa, el último entrenador que dio estabilidad al barco rojiblanco, San Luis lució esa imagen que se ha vuelto constante desde aquella mañana de septiembre del 2019. Un equipo perdido, sin hambre, presa de infantiles errores que cuestan muy caro. Al 30, Gino trompica al atacante de los fronterizos sin balón, golpeando abajo y regalando un penal en un partido de nulas emociones.
Al disparo vino Lezcano y con el sello de la casa, ponía el 1-0 del partido que hacía estallar al poco público que accedió a la cancha. San Luis se valió de su mejor arma ante la falta de una idea de juego, un pelotazo al área. Nico se levantó por los aires y con una atajada por abajo salvó su arco al 37.
En la segunda mitad, las desconcentraciones seguían trayendo problemas al equipo rojiblanco; al 62, un desborde por la izquierda en el área grande, permitió a Contreras aparecer solo para empujar el balón del otro lado, ante la complacencia de González y Mayada que perdían la referencia de marca.
Con muy poco, Juárez dejaba al San Luis en el borde del abismo y con el ánimo por los suelos. No obstante, la magia del futbol les dio mucha vida y al 70, Nico marcó desde el manchón penal, previa revisión del VAR, para meter a los suyos en el partido.
Pero fue un espejismo, el equipo de Rocco no tuvo una oportunidad real de acercarse al empate. No todas las va a cabecear Ibañez y se van a conseguir esos empates milagrosos que hoy no sirven para nada. Sobre el final, el portero cedido por el Atlético de Madrid regaló un penal que por suerte logró atajar.
San Luis seguirá último una semana más a espera de lo que haga Atlas y comenzar a sacar la calculadora y soñar con un milagro que evite esa multa millonaria y la mancha de un fracaso más en la administración española. Felicidades Sosa, tu venganza ha sido muy dulce.