El supuesto dopaje de Chris Froome durante la Vuelta Ciclista a España en 2017, por el que fue absuelto antes del Tour de Francia de 2018, creó tensiones entre la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Según desveló la BBC, accediendo a una serie de correos electrónicos entre el presidente de la UCI, David Lappartient, y el entonces presidente de la AMA, Craig Reedie, ambas organizaciones intentaron culparse la una a la otra en lo concerniente a la resolución del caso del corredor británico.
En 2017, Froome dio positivo por unos niveles elevados de salbutamol en su orina, durante la disputa de la Vuelta Ciclista a España. La noticia se conoció en diciembre de ese año, pero Froome pudo seguir compitiendo hasta que se le declaró inocente antes de correr el Tour de Francia de 2018, del que era vigente campeón.
Lappartient acusó, en uno de los correos, a la AMA por haber cargado toda la responsabilidad del caso sobre “los hombros de la UCI” y añadió: “Ambos sabemos muy bien quién tomó la iniciativa de cerrar este caso y las razones del porqué”.
Reddie respondió que es “decepcionante” que la posición de la UCI sea decir que no tenían otra opción que “seguir la resolución de la AMA”.
“Si la UCI no está de acuerdo con la AMA, es libre de decirlo”, dijo Reddie.
A esto replicó Lappartient que estaba decepcionado con la “falta de apoyo público por parte de la AMA” y que había lagunas en la normativa de la misma en cuanto al uso del sabultamol.
Según los abogados de Froome, las dudas de la UCI en cuanto a esta normativa de la AMA eran injustas para los ciclistas, porque creaban “preocupaciones” que deberían haber sido eliminadas, en lugar de “salvaguardar a la AMA” de la “vergüenza y los posibles procesos legales” por perseguir a atletas inocentes.
Tanto la UCI como la AMA aseguraron a BBC que el intercambio de correos fue fruto de una conversación normal y que la segunda ya ha efectuado cambios en los protocolos del salbutamol.