El número de muertos que dejó una operación policial en una favela de Río de Janeiro el jueves aumentó a 28, en medio de una avalancha de críticas y un pedido de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de investigar denuncias de ejecuciones sumarias. Inicialmente fueron reportados 25 fallecidos, incluyendo un oficial, pero la Policía Civil actualizó a 28 el número de decesos la tarde de ayer.
El juez de la Corte Suprema de Justicia, Edson Fachin, cree que existen indicios de “ejecución arbitraria”, por lo que ordenó una investigación que incluye videos de la operación y declaraciones de testigos.
Un día después del sangriento operativo en la favela Jacarezinho, las autoridades no divulgaron el nombre de las víctimas, con excepción del policía fallecido.
La acción desató protestas ayer. “¡Dejen de matarnos!”, decía una pancarta al frente de una marcha de cientos de personas que salió de Jacarezinho, en la zona norte de la ciudad, hasta el cuartel general de la policía. Según grupos de derechos humanos, se trató de la operación policial más letal en la historia de la ciudad.
La Policía Civil argumentó que la incursión en Jacarezinho se proponía desarticular una banda que reclutaba a niños y adolescentes para el tráfico de drogas, robos, secuestros y asesinatos. La corporación afirma que las víctimas eran “criminales”, pero hasta ahora no ha identificado a los cuerpos.
El portavoz de la Alta Comisionada de la ONU para los derechos Humanos, Rupert Colville, se declaró “profundamente consternado” y pidió una investigación “independiente, completa e imparcial”.
Fachin ordenó a los fiscales de Río de Janeiro investigar dos videos que circulan en redes sociales en los cuales parece verse a policías asesinando de forma indiscriminada.
“Los eventos reportados parecen extremamente serios. En un video hay evidencia de actos que, en teoría, podrían constituir una ejecución arbitraria”, escribió Fachin.
El juez se dirigió a la fiscalía después de que el Núcleo de la Asesoría Jurídica Universitaria Popular Luiz Mahin (vinculado a la Universidad Federal de Río de Janeiro) entregó a la fiscalía y al Ministerio Público de Río videos de la operación.
La policía asegura que respetó todos los protocolos de rigor y que disparó sólo para defenderse. Exhibieron grandes cantidades de drogas y armas decomisadas en la operación. Los testimonios de vecinos y familiares lo refutan.
Una habitante de Jacarezinho narró que un joven herido fue abatido en su casa, donde se había refugiado. “El chico llegó baleado y como ningún habitante de la comunidad puede echar a otro, se quedó. Pero los policías vieron sangre y entraron gritando: ‘¿Dónde está?, ¿dónde está?’ Yo sólo tuve tiempo de llevar a mis hijos para atrás mientras ellos lo mataban en el cuarto”, contó la mujer.
Otra residente contó al portal UOL que su marido, Jonas do Carmo dos Santos, obrero de 32 años, fue baleado por la policía cuando fue a comprar pan. Testigos refirieron que inicialmente recibió un disparo en la pierna y trató de huir, pero los agentes “se acercaron y terminaron de ejecutarlo”.
Seguidores del presidente Jair Bolsonaro cerraron filas rápidamente con la policía.“Eran todos bandidos”, afirmó el vicepresidente Hamilton Mourao, general retirado, refiriéndose a los civiles ultimados.
El año pasado, mil 245 personas fueron asesinadas por la policía en el estado de Río de Janeiro.