El Real Madrid cerró una temporada difícil, marcada por las lesiones, hasta sesenta y tres, y los casos de coronavirus que mermaron continuamente a la plantilla de Zinedine Zidane, que fue dejando escapar títulos hasta volver a protagonizar un año en blanco once años después, situación que no vivía desde 2010 con el chileno Manuel Pellegrini al mando.
Un año de ingrato recuerdo para el madridismo, con uno de esos tropiezos históricos que dejan huella en la Copa del Rey, como ocurrió en la presente que se cierra. En aquella ocasión, en dieciseisavos de final ante el Alcorcón y un 4-0 que dejó muchos señalados en Santo Domingo.
En la Liga de Campeones, inmerso en la ‘maldición de octavos’ que le atrapó seis años, fue eliminado por el Olympique de Lyon y la Liga la cerró segundo, a tres puntos del Barcelona. El récord de puntos en la historia del club, hasta 96, no sirvió para proclamarse campeón y la temporada sin títulos provocó el adiós de Pellegrini.
Esa exigencia la conoce bien Zinedine Zidane. La sintió como jugador hasta el 2006 y posteriormente como técnico. El segundo más laureado de la historia madridista con once títulos, a tres de los conseguidos por Miguel Muñoz. Nunca cerró en sus dos etapas en el banquillo una temporada sin ningún titulo el preparador francés.
En su primer año resucitaba al equipo tras hacerse cargo en enero, en lugar de Rafa Benítez, y lo impulsaba a pelear hasta la última jornada por la Liga. Dejaba un gran éxito, la conquista de la Liga de Campeones en Milán, el inicio de una nueva etapa histórica del Real Madrid en Europa, con tres títulos consecutivos que daban forma a un dominio apabullante con cuatro ‘orejonas’ en cinco ediciones.
Desde entonces siempre firmó éxitos. Tres ‘Champions’ y dos Ligas como grandes logros; dos Mundiales de clubes, dos Supercopas de Europa, dos Supercopas de España. Nunca la sensación con la que termina este curso de no haber cumplido con los objetivos, por muchas circunstancias que lo condicionasen.
El 2021 encadenó decepciones. La primera llegó en la Supercopa de España, eliminado en semifinales por el Athletic Club. Centró esfuerzos en la remontada liguera, superando plagas de bajas que le llegaron a dejar hasta con solo tres defensas del primer equipo, y la Liga de Campeones se convirtió en objetivo tras eliminar a Atalanta y Liverpool. El golpe de realidad llegó en semifinales, sin opciones ante un Chelsea superior en Madrid y en Londres.
Y de nada le sirvió a Zidane firmar la mejor racha invicto en sus dos etapas en el banquillo. Con la remontada ante el Villarreal acabó con 18 jornadas consecutivas sin perder, extendiendo hasta el último suspiro la esperanza de defender la corona liguera pero cerrando una mala temporada en resultados, cediendo el cetro al Atlético de Madrid. El francés sabe lo que significa un año en blanco para el Real Madrid y actuará en consecuencia cuando se reúna con el club. Orgulloso del esfuerzo de sus jugadores, a los que no les dio para ganar nada, y consciente de que llegan aires de cambio en un equipo que necesita una profunda reestructuración.