El ganador de la elección del domingo es el narco. No sólo porque pueden ganar personajes con trayectorias oscuras y que hasta estuvieron hasta presos, sino porque el crimen creó un entorno de terror: van 32 candidatos asesinados y 79.4 homicidios diarios.
Esos comicios llegan precedidos por datos de terror del propio gabinete de seguridad del presidente: en los meses recientes se registraron dos mil 462 asesinatos (promedio diario de 79.4), la cifra más alta desde octubre pasado.
Es el resultado de la más intensa intervención de los cárteles en la historia de las elecciones en México, gracias a la inacción del Ejército y la Guardia Nacional en una extensión inmensa del territorio nacional.
Se trata de un modus vivendi con los cárteles, enmarcado en la política gubernamental de “abrazos y no balazos”, que limita operativos del Ejército y la Guardia Nacional y coincide con un una realidad que aleja toda esperanza:
1.- Por un lado:
El Comando Norte de Estados Unidos informó que “los cárteles del narcotráfico operan en áreas no gobernadas de México, entre un 30 a 35 por ciento del territorio, y eso es síntoma de un problema más grande”.
Y, la DEA, que “los cárteles de Sinaloa, CJNG, Beltrán Leyva, Noreste, Zetas, Guerreros Unidos, Golfo, Juárez, La Línea, Los Rojos y Familia Michoacana son la mayor amenaza para EU, con rutas de transporte, comunicación y afiliaciones con pandillas locales”.
2.- Por el otro:
El gobierno mexicano obliga a la DEA y otros organismos estadounidenses a compartir información sobre sus investigaciones con las corporaciones mexicanas, la mayoría de cuales está coludida con los cárteles a los que les dan “abrazos y no balazos”.
Y a la DEA le prohíbe detener y pedir permiso para portar armas y le quitó inmunidad para actuar contra los cárteles, es un retroceso en la cooperación antinarco y solo puede beneficia a los cárteles.
A esta situación, el exembajador de Trump en México la considera “una actitud del gobierno mexicano de básicamente dejar hacer al crimen organizado, lo cual es obviamente problemático para Estados Unidos y un gran problema para México”.
El gran problema para México es que las seis ciudades más violentas del mundo están aquí (más homicidios por cada 100 mil habitantes): Celaya, Tijuana, Juárez, Ciudad Obregón, Irapuato y Ensenada.
Mientras la problemática para Estados Unidos es que desde México le llegan los opiodes que en el ultimo año mataron por sobredosis a 90 mil personas: una cifra superior a los muertos por accidentes automovilísticos y de ejecuciones con armas de fuego.
Sin embargo, a Biden sólo le importa que México le cuide la frontera de migrantes.