Durante la audiencia que se prolongó más de 14 horas en los Juzgados penales del distrito de Mixquiahuala, Hidalgo, la jueza de control Rosa María López Aguilar dictaminó que la causa del fallecimiento de la doctora Beatriz Hernández Ruiz, quien estaba bajo custodia policial del municipio de Progreso de Obregón, fue un suicidio y no feminicidio.
Un perito mostró videos del circuito cerrado, en el cual se ve a la médico de 29 años, en estado de crisis, se colocó una tela blanca alrededor de su cuello, de 37 por 40 centímetros, trepó por los barandales de la galera y quedó suspendida.
Al afirmar que los sietes policías de Progreso de Obregón detenidos fueron omisos para preservar la vida e integridad de la joven de 29 años mientras estaba bajo custodia municipal, la juez decidió vincularlos a Proceso.
El experto en medicina forense, Esteban M.V., con base al dictamen médico hecho en la galera, señaló que la doctora presentaba un estado de alcoholemia y tras el accidente tenía lesiones, además de que la barandilla no era un lugar adecuado para su revisión y la causa de su muerte, tras la necropsia, fue asfixia mecánica por suspensión incompleta.
El padre de Beatriz había estado con ella 15 minutos antes y ella le refirió que quería que la sacara de ahí ya que presuntamente la habían golpeado.
Beatriz Hernández Ruiz era una joven de 29 años egresada del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Algunos de los primeros datos que se tuvieron respecto a quién era la afectada, surgieron en redes sociales, luego de que un hombre realizó una publicación en Facebook después de encontrar las identificaciones de la joven y emitió el reporte de que había sufrido un accidente. Ante esto, se presume que Beatriz llegó a residir en algún momento de su vida en la Ciudad de México.
Asimismo, algunos familiares y amigos de la mujer señalaron que Beatriz era alguien que destacaba y tenía muchas aspiraciones, además de que le gustaba mucho el trabajo que realizaba.