La compañía de Donald Trump y quien fue su jefe de finanzas durante mucho tiempo fueron acusados el jueves de lo que un fiscal calificó como un esquema de fraude fiscal “arrollador y audaz” que supuestamente hizo que el ejecutivo de Trump recibiera más de 1.7 millones de dólares en compensaciones extraoficiales, incluidos el alquiler del apartamento, los pagos del automóvil y la matrícula escolar.
Se trata del primer caso penal que arroja la investigación de dos años de las autoridades de Nueva York sobre el expresidente. De acuerdo con la acusación presentada el miércoles y revelada el jueves, desde 2005 hasta este año, el director financiero Allen Weisselberg y la Organización Trump engañaron al estado y a la ciudad con los impuestos al conspirar para pagar a los altos ejecutivos de forma extraoficial.
Tanto Weisselberg como los abogados de la Organización Trump se declararon inocentes. La fiscal Carey Dunne describió un plan de 15 años “orquestado por los ejecutivos más importantes”.
El propio Trump no fue acusado en esta etapa de la investigación, realizada conjuntamente por el fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance Jr., y la fiscal general de Nueva York, Letitia James, ambos demócratas.
Weiiselberg, de 73 años, fue fotografiado entrando en un edificio que alberga los tribunales penales y la oficina del fiscal de distrito de Manhattan alrededor de las 6:20 am del jueves. Fue conducido al tribunal por la tarde con las manos esposadas a la espalda.
Los abogados de Weisselberg, Mary Mulligan y Bryan Skarlatos, dijeron en un comunicado antes de su comparecencia que el ejecutivo “pelearía contra estos cargos en los tribunales”. Skarlatos dijo más tarde que los comentarios de Dunne eran engañosos con respecto a su cliente.
Weisselberg recibió la orden de entregar su pasaporte después de que los fiscales lo calificaran de riesgo de fuga con acceso a aviones privados para viajes al extranjero. Sin embargo, fue puesto en libertad sin derecho a fianza y abandonó el tribunal sin hacer comentarios a los reporteros reunidos.
Sin embargo, hasta el momento, no hay indicios de que el hombre considerado por la hija de Trump, Ivanka, como un colaborador “ferozmente leal” que ha estado “junto a mi padre y nuestra familia” durante décadas, de repente se vuelva contra ellos.
En una declaración el jueves antes de que se revelaran los cargos, la Organización Trump defendió a Weisselberg, diciendo que la oficina de Vance estaba utilizando al empleado de 48 años como “un peón en un intento de tierra quemada para dañar al expresidente”.
Trump no respondió a las preguntas de los periodistas sobre el caso mientras visitaba Texas el miércoles. A principios de semana, criticó a los fiscales de Nueva York como “groseros, desagradables y totalmente tendenciosos” y dijo que las acciones de su empresa eran “una práctica estándar en toda la comunidad empresarial de Estados Unidos, y de ninguna manera un crimen”.
Emitió un comunicado de prensa después de las declaraciones de no culpabilidad, una vez más criticando la investigación como una “caza de brujas política”.
Dunne afirmó que la política no jugó ningún papel en la decisión de presentar cargos.
“La política no tiene ningún papel en la sala del jurado y puedo asegurarles que no tuvo ningún papel aquí”, dijo Dunne.
En la corte, el abogado de la Organización Trump, Alan Futerfas, dijo que los comentarios de Dunne sonaban como un “comunicado de prensa”.
“Si el nombre de la empresa fuera otro, estos cargos no se habrían presentado”, agregó Futerfas fuera del tribunal.
Vance se negó a comentar sobre el caso cuando llegó al tribunal el jueves. Permaneció en silencio mientras él y James se marchaban por la tarde. Más tarde, la oficina de James emitió un comunicado en el que calificó la acusación como “un marcador importante en la investigación criminal en curso” sobre la empresa de Trump y su director financiero.
“Esta investigación continuará y seguiremos los hechos y la ley dondequiera que nos lleven”, se lee en el comunicado.
con información de Latinus