La fuga de gas de un ducto marino que provocó un aparatoso incendio en pleno Golfo de México generó críticas sobre la gestión de la petrolera estatal Pemex y ha evidenciado los riesgos de la política energética del Gobierno mexicano.
“Es una política anquilosada en el pasado. Entiendo que el presidente (Andrés Manuel López Obrador) quiera fortalecer la soberanía del país, pero la seguridad energética se puede alcanzar con fuentes renovables de energía”, dijo el director de Greenpeace México, Gustavo Ampugnani.
El incendio, ahora en costas de México, generó críticas contra la política energética del presidente López Obrador, quien desde que asumió el poder ha apostado por el petróleo para conseguir la autosuficiencia energética del país.
“Insistir en un modelo de desarrollo económico que se funda en el aprovechamiento de combustibles fósiles nos deja a merced de este tipo de accidentes”, sostuvo el director de Greenpeace México.
Además, el mandatario mantiene una batalla en los tribunales para defender su reforma energética, que prioriza las empresas del Estado, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por encima de la inversión privada en renovables.
Ampugnani explicó que a pesar de que la zona del accidente lleva décadas explotada, todavía hay vida marina que se vio afectada. Y consideró que el incendio demuestra, una vez más, que “este tipo de industrias son altamente peligrosas”.
A pesar de que las imponentes imágenes de un ojo de fuego en medio del mar recorrieron el mundo, hasta ahora hay poca información de lo que sucedió.
Al parecer, habría fallado una válvula de un ducto submarino de Petróleos Mexicanos (Pemex), provocando una fuga de gas que entró en combustión y causó un gran incendio en alta mar.
Durante su gira por el estado de Sonora, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, fue cuestionado por la prensa sobre lo ocurrido y se limitó a decir que “no hay pérdidas de vidas humanas” y que “se va a investigar” el origen de la fuga. (LATINUS)