El presidente del partido oficial, Mario Delgado, declaró luego de la consulta popular del pasado domingo, que ésta tiene una importancia “histórica”. Pero lo único histórico de esta farsa dominical, fue su mediocridad.
Las consultas populares y la democracia participativa en general, son un asunto sumamente grave que usan las naciones para decidir, por ejemplo, si debe haber una nueva Constitución, si un país se debe dividir en dos o si una entidad federativa habrá de abandonar el pacto federal.
Pero en nuestro país, la democracia participativa inició con un bodrio.
La sola idea de consultar si se debe apresar a los políticos ladrones, es una postura demagógica en sí misma. Pues es obvio que a todos los ladrones, se les debe apresar.
La Suprema Corte, por su parte, aprobó una pregunta incomprensible. Lo hizo para no tener que aprobar la obviedad referida arriba. Pero la pregunta es un engendro inútil, también en la versión de la Corte.
De todas formas, puede decirse que la Corte “le hizo la faena” al señor presidente, pues esquivó la pregunta, que desde el inicio estaba mal planteada. Pero la convirtió en algo peor, en un galimatías.
Aunque como era previsible, ganó el “Sí” en la pregunta planteada a la ciudadanía, si se les juzga a final de cuentas a los expresidentes, será porque el fiscal general decida o no abrirles juicio. Y para ello, es probable que el presidente le “telegrafíe en sus mañaneras” lo que debe hacer o no el fiscal Gertz Manero –como ya lo ha hecho en el caso Emilio Lozoya.
El Instituto Nacional Electoral, por otra parte, si bien logró que la consulta se realizara, al parecer también hizo todo lo posible porque el proceso tropezara. Las casillas, por ejemplo, se ubicaron en lugares distintos a los previamente anunciados. Por ejemplo, las casillas que estuvieron anunciadas en la delegación Tlalpan en un determinado lugar, no aparecieron en la dirección que se informó, sino en otro sitio.
En la casilla donde “su servidor” votó, era más el personal que atendía a los votantes, que los votantes mismos. Uno de los organizadores de esa casilla, estaba dedicado, en exclusiva, a la difícil tarea de… pintar el dedo pulgar a los consultados. Y no hubo muchos dedos qu pintar.
De hecho, en estados como Quintana Roo, la asistencia fue casi nula.
Así, tanto el Instituto Nacional Electoral, como la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Ejecutivo federal, pusieron su “granito de arena” para echar a perder el procedimiento consultivo.
Asimismo, el señor presidente decidió que, en lugar de ponerse al frente del ejercicio, lo mejor era escabullirse a territorio de “El Chapo” Guzmán, cuando el señor debió ser el primero en votar en la casilla correspondiente al Palacio Nacional.
Inclusive la Primera Dama, como una María Antonieta “de izquierda”, reclamó al INE que no se hubiera colocado una casilla especial, donde la señora pensaba pasar el día. Y el presidente del INE dijo que la boleta correspondiente, estaba “esperando a la señora” en su casilla. La consulta estuvo llena de zipi-zapes e insinuaciones de ese tipo.
Y la pareja presidencial decidió que era una gran idea fugarse por un día a territorio narco. Por mediocridades como esa, Morena perdió a los votantes de media capital en las pasadas elecciones.
Y el pueblo, los ciudadanos, colaboraron también a que el experimento fracasara, pues con su inveterada sabiduría contribuyeron a que la consulta no sea vinculante, pues no votó el porcentaje requerido.
A pesar de que no votó ni el diez por ciento, la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández declaró que la consulta fue “un éxito”. Y sin embargo, también dijo que el INE tuvo la culpa de que la gente no acudiera a las casillas. Pero recordemos que un minuto antes, había dicho que la consulta fue un éxito. Entonces ¿triunfamos o fracasamos, Doña Citlalli?
Además, casi nueve por ciento de los votos, fueron anulados por los propios votantes. Lo que indica que un porcentaje que no es despreciable, no cree en la consulta y anuló por ello su voto.
Otra cosa que llamó la atención, fue la incapacidad de Morena de acarrear a sus huestes. El PRI siempre fue capaz de movilizar a sus bases, para lo que se le antojara, como arrojar confeti o vitorear a los candidatos, etc. En esto y en otras cosas, como el encubrimiento de sus candidatos y diputados violadores, Morena resultó peor que el PRI.
En Orizaba, Veracruz, una dama al parecer parte de la “autoridad” electoral, cortaba y doblaba decenas de boletas, que mágicamente lograron que se llenara la urna, mientras en casi todos lados, las urnas estaban prácticamente vacías. La señora cometió un delito y debe continuar rellenando urnas… en la cárcel.
De manera increíble y para cerrar con broche de oro, el señor presidente dijo: “no estoy metido en eso”, cuando se le preguntó su opinión sobre la jornada. El señor debería ser el primero en fomentar el voto. Las palabras del señor presidente sin embargo, pueden ser inmortalizadas, en letras de oro, en el epitafio de la democracia participativa mexicana.
En resumen, lo que debió ser la entrada triunfal de México a la democracia participativa, resultó una bufonada. En la cual varias de “nuestras” instituciones, hicieron todo lo posible por que la consulta fracasara. Y al parecer, tales instituciones en esto sí ganaron nuestra ansiada “medalla de oro”.