La máquina enciende sus hornillas, la masa está en preparación y los rodillos giran para elaborar tortillas. Un alimento rico, con el maíz como ingrediente principal. Pero también llevan agua y cal. – “En ocasiones puede ser de puro maíz, o bien, se le pone un poco de harina de maíz; es lo único que lleva”…
Sin embargo, no todas pueden preciarse de serlo. – “Por donde vivo hay una tortillería, las compras ahí y al momento te salen buenas, las vuelves a recalentar y se te ponen duras”-comenta un consumidor. El Consejo Rector alerta que están surgiendo tortillas pirata, hechas con maíz rezagado, mezclado, menor calidad y harina en mismas condiciones.
“En muchos casos para que cambie el olor de la mala calidad de los insumos por ser los más baratos, le echan muchísima cal, la masa, como se darán cuenta, es crema, no es blanca, el color original del maíz”.
Además, en ocasiones, vivales mezclan kilos de días anteriores. No les importa si están echados a perder; se les llama tornados. A simple vista son iguales; sin embargo, el grosor es totalmente diferente, la calidad cambia. De acuerdo con el Consejo Rector de la Tortilla, algunas tortillerías pirata engañan al consumidor y les venden este producto con menor calidad, y entonces, el valor nutrimental se reduce.
Industriales recomiendan poner atención en el precio y peso justo, y observar un buen color, grosor y aroma. Hay tortilla que es muy delgada y hay otra que es de buen cuerpo. De lo contrario, la tortilla que le venden es pirata o de mala calidad, y se puede denunciar ante la Procuraduría Federal del Consumidor.