En el momento más oscuro de su historia, el Club León fue investigado por la supuesta participación de su directiva en lavado de dinero y nexos con el narcotráfico y el crimen organizado.
La investigación estuvo a cargo de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (la DEA) y se enfocó en los años 2004 y 2005, cuando Carlos Ahumada era dueño de la franquicia del Club León.
Según la investigación, publicada en 2012, la DEA envió una alerta a las autoridades mexicanas al detectar que cárteles colombianos tenían tratos con directivos del futbol azteca y aplicaban estrategias de lavado de dinero procedente del narcotráfico.
Alertan sobre la supuesta relación de Ahumada y la mafia colombiana
El reporte infomó que entre 2003 y 2006, la mafia colombiana se insertó en las franquicias de Necaxa, Puebla, Santos y Salamanca, cuadros de diferentes divisiones.
Además, se sospechaba de la participación de Carlos Ahumada, dueño de los clubes León y Santos entre 2002 y 2005.
En 2004, cuando se desató el escándalo de los videos de Carlos Ahumada corrompiendo funcionarios de la Ciudad de México, las autoridades de México y Estados Unidos intensificaron la investigación sobre el empresario argentino.
Según la agencia Reporte Índigo, la investigación de la DEA alertó sobre la relación dse Ahumada con los cárteles colombianos.
“Entre los nombres de personas vinculadas al caso figuraba el empresario argentino Carlos Ahumada Kurtz, propietario del cuadro lagunero así como también de León entre 2002 y 2005. De acuerdo con el informe, Ahumada habría recibido 94 mil dólares de presuntas operaciones ilícitas”.
Un paraíso del lavado de dinero
En aquel entonces, el futbol mexicano se presentaba como un “paraíso” para la mafia colombiana, que llegó a administrar franquicias, aprovechando la pasividad de las autoridades y de los federativos.
Así, los narco-directivos inflaban precios de jugadores, reportaban ganancias millonarias con estadios semivacíos y fichaban futbolistas a los que les pagaban millones en efectivo, aunque fiscalmente reportaran sueldos mucho más bajos.
Carlos Ahumada debió vender al Club León
Debido a los problemas legales de Ahumada, a mediados de 2004 la Federación Mexicana de Futbol aceptó que la franquicia fuera administrada por el empresario leonés Adolfo Reza.
Y ya en 2005, preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, Ahumada se vio obligado a venderle el Club León a Grupo Pegaso, encabezado por Alejandro Burillo.
La investigación sobre los nexos de Ahumada como directivo y los cárteles colombianos no procedió, pero luego el empresario fue acusado de participar en el tráfico de efedrina entre Colombia y México.