Impresiona ver cómo se la juegan estos deportistas en los Alpes suizos bajo la niebla. En la cuerda floja y con 450 metros bajo sus pies. Retan al peligro pero con seguridad… todos los participantes están anclados a una línea de vida. Un deporte extremo que requiere capacidad física pero que también requiere mucha fortaleza mental y, por supuesto, mucho equilibrio.
Esto dice Yannick Wieser, participante en el festival: “El año pasado tuvimos que anular por culpa del Covid, así que estamos muy contentos de volver. Este evento es muy chulo”. “Al principio pasas miedo, porque estas muy expuesto y parece muy peligroso, pero con entrenamiento consigues superarlo”, señala por su parte Timotee Philip. Jordi Zhang reflexiona: “Está prueba está basada en hacer trucos en la cuerda, y es lo que he entrenado y en lo que me he concentrado”.
El rey de la cuerda floja
Una hazaña que recuerda a las del mismísimo Nick Wallenda, quien cruzó las Cataratas del Niágara, por ejemplo. Este año Nik recorrió 100 metros en la cuerda floja a 16 metros de altura en la Universidad de Buffalo. ¿Hazaña o locura? Nunca utilizan redes en sus espectáculos. Los Wallenda llevan retando al peligro un siglo. Una saga de funambulistas que son puro show.
Ya el año pasado Nik Wallenda pasó a la historia del funambulismo cruzando el volcán activo Masaya en Nicaragua a más de 1.100 grados de temperatura.
No obstante, ese no ha sido el primer gran reto de este deportista, el último descendiente de una familia ligada al riesgo. El último de los Wallenda cuenta con seis récords mundiales en su haber y debe su pasión a su bisabuelo Karl, que murió en plena función.
con Información de Antena 3