El cantante estadounidense R. Kelly fue declarado, el lunes 27 de septiembre de 2021, culpable de crimen organizado y tráfico sexual tras un juicio de seis semanas que tuvo lugar en Nueva York, en el que decenas de personas testificaron en su contra.
Según informaron medios locales, el jurado, conformado por siete hombres y cinco mujeres, anunció su dictamen después de nueve horas de deliberaciones, y supone que el que fuera una estrella del R&B en la década de 1990, que apenas reaccionó a la decisión, podría pasar varias décadas en la cárcel.
R. Kelly fue acusado por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York de delitos de crimen organizado, coacción y transporte de mujeres y niñas para realizar actividades sexuales ilegales en Estados Unidos durante dos décadas, cargos similares a los que afronta en Chicago, donde estuvo entre rejas desde su detención en 2019 hasta junio pasado.
El abogado de Kelly, Deveraux Cannick, dijo que estaba decepcionado por el veredicto.
“Creo que estoy aún más decepcionado de que el gobierno haya presentado el caso en primer lugar dadas todas las inconsistencias”, dijo.
La condena pública generalizada no se produjo hasta que una serie documental ampliamente vista, ‘Surviving R. Kelly’, ayudó a hacer que su caso fuera significativo en la era del (hash)MeToo y dio voz a acusadoras que se preguntaban si sus historias habían sido previamente ignoradas porque eran mujeres negras.
En el juicio, varios de los acusadores de Kelly rindieron declaración sin usar sus nombres reales para proteger su privacidad y evitar un posible acoso por parte de los fans del cantante. A los miembros del jurado se les mostraron videos caseros de Kelly participando en actos sexuales que, según los fiscales, no fueron consensuados.
La fiscal federal adjunta María Cruz Meléndez argumentó que Kelly era un abusador en serie que “mantuvo el control sobre estas víctimas utilizando todos los trucos del manual del depredador”.
La defensa etiquetó a los acusadores como “groupies” y “acosadores”.
Cannick cuestionó por qué las presuntas víctimas mantuvieron una relación con Kelly si pensaban que estaban siendo explotadas.
“Tomaste una decisión. Participaste por voluntad propia”, le dijo Cannick a una mujer que testificó,
Kelly, cuyo nombre completo es Robert Sylvester Kelly, ha estado encarcelado sin derecho a fianza desde 2019. El juicio se retrasó debido a la pandemia de coronavirus y la reorganización de último minuto de Kelly de su equipo legal.
Cuando finalmente comenzó el 18 de agosto, los fiscales describieron al cantante de 54 años como un niño mimado y un fanático del control. Sus acusadores dijeron que recibieron ódenes de llamarlo “Daddy” (papi), saltaran a besarlo cada vez que entraba a una habitación y que solo lo vitorearan a él si jugaba un juego de baloncesto.
Los acusadores alegaron que también se les ordenó firmar documentos de confidencialidad y que fueron sometidos a amenazas y castigos, como azotes violentos, si rompían alguna de las “reglas de Rob”. Algunos dijeron que creían que las cintas de video que grabó de ellos teniendo relaciones sexuales serían usadas en su contra si exponían lo que estaba sucediendo.