Esperado desde hace meses, el informe de los tres años mandato del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, reveló cifras récord en los homicidios y desapariciones del estado.
Desde el inicio de su gobierno en 2019 hasta septiembre de 2021 se registraron un total de 7,036 víctimas de homicidio doloso, lo que representa un aumento del 46.57 por ciento en comparación con el gobierno del ex mandatario Aristóteles Sandoval (1974-2020) que registró 3,759 asesinato entre 2013 y 2015.
Sandoval fue asesinado en diciembre del año pasado en Puerto Vallarta, durante el segundo año de la administración De Alfaro.
Otro de los delitos que se encuentra en su punto más álgido es la desaparición forzada, que según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas en los primeros 34 meses del gobierno actual hubo 3,928 personas no localizadas.
En contraste, con Aristóteles Sandoval fueron reportados como desaparecidos 1,964 víctimas.
Actualmente la región ubicada al oeste de México alcanzó el primer lugar nacional en cantidad de víctimas de desaparición.
Durante su presentación del informe, Alfaro señaló que el 80 por ciento de los asesinatos están relacionados con el crimen organizado, por lo que estos crímenes deberían ser atendidos por el gobierno federal.
El Informe sobre delincuencia y seguridad de México: 2020 Guadalajara elaborado por Overseas Security Advisory Council advierte que la guerra entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG finalmente está tocando la puerta de Jalisco por ser una región optima para el tránsito de las drogas y opioides, cuyo destino es Estados Unidos. Además, el estado tapatío, Nayarit y Colima, todos ubicados en la costa del Pacífico, son las principales zonas de cultivo de marihuana y amapola.
De acuerdo con este estudio, la violencia generada en Jalisco está, en gran medida, relacionada con la disputa entre cárteles rivales.
Hace dos décadas, en Puerto Vallarta imperó una pax narca pactada entre líderes del narco, que hicieron del sitio un santuario para sus inversiones y para que sus familias pudieran vivir alejadas del entorno de la violencia.
Sin embargo, esa paz se rompió en 2008, cuando el grupo criminal de los Beltrán Leyvainició una sangrienta disputa contra el Cártel de Sinaloa, por las plazas del Pacífico. Entonces, la organización criminal era dirigida por Joaquín el “Chapo” Guzmán, y operaba en Jalisco con su brazo armado: el Cártel Jalisco Nueva Generación.
La caída del jefe de plaza de la zona, Ignacio “Nacho” Coronel dejó un vacío que fue ocupado por el CJNG, quien se desprendió de Sinaloa y tomo el control del estado tapatío. Así nació el grupo delictivo encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”.
En Jalisco, la estructura criminal del CJNG es de forma horizontal, es decir, existen pequeños grupos con jefes de plaza a quienes se les brinda autonomía, conformando así una especie de hidra con multitud de células.
El llamado Grupo Delta ha sido utilizado por el CJNG para desplegar acciones de alto impacto en Puerto Vallarta.
La primera vez que una autoridad reconoció la existencia del Grupo Delta se dio el 29 de septiembre de 2018, cuando la entonces responsable de la Fiscalía General de Jalisco, Marisela Gómez Cobos, anunció que se había capturado a cuatro de sus miembros, en un operativo que requirió el despliegue de cerca de 80 agentes de la institución.
Tras ese operativo y por más de 20 meses, esta célula criminal continuó desplegando su violencia en la zona metropolitana de Jalisco sin que se conocieran golpes contra su liderazgo, hasta la aprehensión del “Delta 1″, jefe principal, el 21 de junio de 2020.
Durante la aprehensión del “Delta 1″, en la colonia Jardines del Country, de Guadalajara, se aseguraron dos armas largas tipo fusil, un arma corta, dos cargadores, 16 cartuchos, siete teléfonos celulares, numerario en efectivo, dos vehículos, objetos electrónicos diversos, además de clorhidrato de cocaína.
con información de Infobae