El síndrome de Hakim-Adams es una enfermedad neurológica que tiende a confundirse con cierta facilidad con enfermedades como el alzheimer o parkinson.
Esta enfermedad neurodegenerativa también también conocida como hidrocefalia de presión normal o hidrocefalia normotensiva es difícil de diagnosticar y a su vez poco conocida.
Primeras señales del síndrome de Hakim-Adams
El síndrome de Hakim-Adams es una enfermedad neurológica que aparece en personas mayores de cincuenta años, en mayor medida en ancianos. Su origen se deba a un aumento de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos o cavidades del cerebro. Al aumentar el líquido cefalorraquídeo, aumentan de tamaño los ventrículos lo que produce dentro del cráneo un aumento de presión, lo que produce complicaciones neurológicas.
Muchas de las señales de esta enfermedad son las mismas que ocurren en las demencias o el parkinson. Se presenta el deterioro cognitivo como ocurre en las demencias, el trastorno de la marcha como sucede en la enfermedad de parkinson y también aparece la incontinencia urinaria. Por este motivo el síndrome de Hakim-Adams puede confundirse fácilmente con otra enfermedad lo que dificulta el tratamiento del paciente que lo sufre.
El trastorno de la marcha suele ser la primera señal que se produce y ocurre prácticamente en todos las personas que sufren esta enfermedad. Posteriormente aparece la demencia que se manifiesta en un deterioro cognitivo progresivo, que se produce en más de la mitad de los pacientes. Y ya cuando la enfermedad está más avanzada aparece la incontinencia urinaria, que se registra aproximadamente en la mitad de los pacientes.
Diagnóstico y tratamiento
Los pacientes de esta enfermedad neurodegenerativa además del aumento del tamaño ventricular observado en pruebas de neuroimagen presentan una aparición gradual después de los 40 años, duración de los síntomas entre 3 y 6 meses, evidencia clínica de trastorno patológico de la marcha, deterioro cognitivo e incontinencia urinaria.
El tratamiento más común ya que para esta enfermedad en la actualidad no hay medicación, es la válvula de derivación ventriculo-peritoneal que consiste en en el que la válvula deriva el líquido cefalorraquídeo a la cavidad peritoneal lo que produce una mejora de los síntomas a muchos de los pacientes.
fuente
Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife.