La tecnológica Didi, conocida como el “Uber chino”, anunció hoy sus planes de retirarse de la Bolsa de Nueva York y de preparar una nueva oferta de acciones en el parqué de Hong Kong tras meses de tensiones con las autoridades chinas a cuenta de su debut en Wall Street.
En un comunicado publicado en su página web, la compañía asegura que su directiva ha aprobado la decisión y que convocará más adelante una junta de accionistas para que voten esta propuesta y la que contempla que los títulos retirados del parqué neoyorquino “sean convertibles a acciones libremente negociables de la compañía en otro mercado de valores reconocido a nivel internacional”.
La junta también autorizó a iniciar los procesos necesarios para optar a otra salida a bolsa, esta vez en Hong Kong, mercado al que han acudido varias grandes tecnológicas chinas como Baidu o Trip.com ante los temores de que Estados Unidos tome medidas como su exclusión de los mercados de valores del país norteamericano.
En otro escueto comunicado publicado a través de su cuenta oficial de Weibo -el equivalente chino de Twitter-, Didi especifica que la decisión se ha tomado “tras un minucioso estudio” y que comenzará “inmediatamente” con el proceso de salida de Wall Street.
En julio, cuando los rumores sobre el futuro de la compañía en el parqué neoyorquino ya acaparaban titulares en la prensa internacional, la compañía desmintió que se estuviese planeando dejar de cotizar en bolsa.
Didi debutó en Nueva York el 30 de junio, recaudando unos 4,400 millones de dólares (3.895 millones de euros) y situando su valoración de mercado en unos 80,000 millones de dólares (70,819 millones de euros).
Sin embargo, el valor de sus acciones se ha desplomado casi un 45% desde entonces, ya que solo dos días después las autoridades chinas anunciaron una investigación contra la empresa por asuntos de ciberseguridad y retiraron tanto la app de Didi como otras 25 vinculadas a la compañía de las tiendas virtuales chinas, prohibiéndoles asimismo registrar nuevos usuarios.
SEGURIDAD NACIONAL
Según el diario estadounidense The Wall Street Journal, Didi habría seguido adelante con sus planes de salir a bolsa en Nueva York al ignorar las peticiones del Gobierno chino de posponer la operación.
Aunque el objetivo declarado era “prevenir riesgos para la seguridad nacional y proteger el interés general”, expertos citados por la prensa estatal hablaron entonces de un “aldabonazo” para que las firmas del país “den prioridad a la seguridad nacional de China cuando planeen captar fondos en zonas que puedan amenazarla”.
De hecho, poco después de comenzar las investigaciones contra Didi, Pekín anunció pesquisas similares contra otras compañías que no tenían solo en común un modelo de negocio similar sino también el hecho de que todas ellas habían salido a bolsa en Estados Unidos en los meses anteriores.
En casos como el de Didi, los medios estatales apuntaron a las grandes cantidades de datos relativos a las infraestructuras nacionales de transporte o a los flujos de personas y vehículos que manejan las aplicaciones de transporte compartido.
La compañía se comprometió a cooperar con las investigaciones y a “rectificar” los problemas hallados en ellas, aunque advirtió de que las medidas tomadas por las autoridades podrían mermar sus ingresos en China.
Tras el caso de Didi, el regulador bursátil estadounidense endureció los requisitos para las firmas chinas que quieran salir a bolsa en Wall Street, con exigencias como la de aclarar explícitamente a los inversores si han recibido o no permiso del Gobierno chino para cotizar en los mercados estadounidenses.
con información de EFE