Autoridades federales en Estados Unidos informaron que seis personas fueron acusadas el martes de operar una banda con sede en México que secuestró a nueve personas y exigió un rescate a sus familiares en Estados Unidos, antes de matar a seis de ellos a pesar de que ya habían recibido el pago del rescate por algunos de ellos.
Un jurado federal investigador en Los Ángeles acusó al presunto líder de la banda, Germán Yera Hernández, de 37 años, y a otras cinco personas de extorsión y asociación delictiva para secuestrar con muerte como resultado, según un comunicado de la fiscalía de Los Ángeles.
Los seis acusados están detenidos en México, donde enfrentan cargos adicionales. No fue posible de momento saber si tenían abogados que hablaran a su nombre para conocer sus comentarios.
El acta de acusación sostiene que la pandilla, con sede en Tijuana, secuestró a las víctimas de enero a abril del año pasado para exigir el pago de un rescate en México. Las personas fueron atraídas con engaños a reuniones donde fueron tomadas como rehenes a punta de pistola, antes de ser atadas y en ocasiones golpeadas gravemente.
Posteriormente, la banda llamaba a sus familiares en Estados Unidos para exigir rescate. Algunos que no tenían familiares que pudieran realizar el pago fueron asesinados. También mataron a algunos rehenes para proteger la conspiración luego de que se había hecho el pago de rescate, de acuerdo con el comunicado.
Seis personas fueron asesinadas, incluidos tres estadounidenses, informaron las autoridades.
En un caso, dos personas de Estados Unidos y de México fueron secuestradas luego de reunirse con uno de los miembros de la banda en un club nocturno de Tijuana y de ser invitados a una casa, de acuerdo con el acta de acusación.
Fueron golpeados y asesinados luego de que los secuestradores se enteraron que no tenían dinero, añadió.
Otro hombre fue asesinado a pesar de que su hijo pagó un rescate de 25.000 dólares que fue recogido en el baño de mujeres de un restaurante McDonald’s en San Ysidro, cerca de la frontera con Tijuana, según el acta.
En otro caso, un estadounidense que vivía en el suburbio de Norwalk, en Los Ángeles, fue secuestrado durante una visita a un familiar en Tijuana.
La víctima “fue obligada a llamar a su madre, a decirle que estaba en problemas y que debía llamar a un individuo para que pagara 25.000 dólares para que él fuera liberado. La madre de la víctima batalló para conseguir el dinero del rescate, pero acordó pagar a los secuestradores 1.000 dólares” junto con el automóvil de la víctima para que fuera liberado, de acuerdo con la fiscalía.
No obstante, el hombre fue asesinado el mismo día en el que su madre se reunió con un miembro de la banda para entregarle el rescate en Norwalk, según el acta.
En caso de ser declarados culpables, los seis acusados enfrentan la pena de muerte o cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.