Un camino enmarcado por dos filas de 500 esferas de navidad con los rostros de mexicanos desaparecidos reclaman que las autoridades del país atiendan con urgencia esta lacra por la que más de 90.000 personas permanecen en paradero desconocido.
“Esto es un acto de memoria, sabemos que en estas fechas todas las familias tenemos una mesa vacía, una silla vacía, un espacio que no sabemos cómo llenar (…) este acto de memoria es traerlos un poquito a nosotros”, dijo a Efe Tranquilina Hernández, madre de Mireya Montiel, desaparecida en 2014.
Además, para Hernández, estas esferas navideñas son una manera de recordar “a los mexicanos y a las autoridades que esto (las desapariciones) no es ficticio, es real”.
Las esferas, colocadas en hilera en la plaza principal de Iztacalco, un municipio ubicado en el suroriente de la Ciudad de México, están hechas en madera y talladas a mano, decoradas por familiares de desaparecidos de distintos lugares del país.
En el camino por el pasillo en el que se ubican, el viandante puede ver sus rostros y sus fechas de desaparición, una manera de recordar que estas 500 personas son solo una parte de las decenas de miles de desaparecidos en el país.
Otra de las mujeres presentes en la inauguración del homenaje, Carmela López Arroyo, cuyo esposo desapareció hace casi año y medio, expresó la urgente necesidad de que las autoridades las “volteen a ver”.
“Somos muchas familias que quedamos desamparadas, nos quitan a veces a la cabeza de la casa, a hermanos, a hijos. Que (las autoridades mexicanas) nos ayuden al menos en las búsquedas en calle, en campo, porque nosotros hasta ahora hemos hecho eso”, pidió López Arroyo.
Entre tanto dolor, tanto ellas como otras compañeras se mostraron ilusionadas por poder estar reunidas en fechas cercanas a la Navidad para poder acompañarse “sin ser juzgadas”.
“Somos familias de corazón, de dolor, en eso nos hemos convertido porque entre nosotras nos escuchamos. El estar aquí es un logro a la vez de contento, de sentirnos, de vernos. Entre nosotras no nos sentimos juzgadas”, terminó Hernández.
En la presentación del homenaje estuvo presente también el representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU-DH) Alan García, quien insistió en la necesidad de exigir a las autoridades que cumplan “estrictamente con sus obligaciones”.
Además, destacó la importancia de instalaciones como la colocada este martes, ya que abrir un espacio público “es abrir un espacio de sanación” para los familiares, puesto que muchos desaparecieron en las calles, en los montes o en el campo.
“Las familias de personas desaparecidas simbolizan como nadie en el país la capacidad de sobreponerse a la adversidad de mantener viva la luz de la esperanza. Las esferas (bolas) en el árbol de navidad simbolizan aquello que anhelamos para la humanidad y el anhelo de reencuentro de las familias con sus seres queridos”, terminó García.
México acumula desde 1964, según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), más de 95.000 personas desaparecidas y no localizadas, la gran mayoría desde el inicio de la guerra militar contra el narcotráfico iniciada en 2006.