Sentados en unas gradas de la explanada de la Comisaría Municipal de Ayahualtempa, en José Joaquín de Herrera, dos niños disfrutan alegremente una bolsa de frituras como si fuera la primera que comieran en sus vidas.
Otro grupo, se divierte en juegos de un pequeño parque instalado cerca de los sanitarios de la explanada, ríen una y otra vez, haciendo travesuras infantiles que a los grandes causa gracia y risas efímeras.
Sin embargo, no es la misma felicidad para Elzy, una niña de seis años de edad con un paliacate amarrado alrededor de su cuello que cubre la mitad de su tierno rostro.
Ella, con otros 19 niños, hacen fila en la cancha y son presentados ante el público y diversos medios de comunicación por la CRAC-PC-PF, como los posibles futuros guardias de seguridad comunitaria.
Constantino Toribio Gaspar, uno de los comandantes de dicha organización armada y quien se encarga del entrenamiento militar de otros infantes, les pide: “Levante la mano el niño o la niña que quiera formar parte de la ‘Policía Comunitaria”’.
Elzy, cuyas mejillas están “chapeadas” por el frío, es una de las que rápidamente responde con un sí, y su madre, la joven Antelma de 26 años, lo reafirma asintiendo con la cabeza: “Yo sí dejaría que mi hija se arme”, dice.
De ser así, en ocho o 13 días, podríamos ver a Elzy empuñando un rifle para enfrentar al presunto grupo narcos y sicarios “Los Ardillos” que según dicen, “amenaza” con irrumpir en las comunidades indígenas de Amatitlán, El Caracol, Los Pinos y Ayahualtempa, en el municipio de José Joaquín de Herrera, si las autoridades estatales y federales no les brindan seguridad como lo exigen.
La mamá de Elzy sueña con ver a su hija graduarse como enfermera o doctora, pues dice que es lo que hace falta en esta zona de la Montaña Baja de Guerrero, advierte que levantarse en armas sería el único camino que les dejarían para conseguir que los volteen a ver.
Mientras tanto, Elzy, quien aún viste infantilmente, continuará estudiando el primer año en la Escuela Primaria Indígena “Román Vázquez”, y podrá divertirse como lo hacen los de su edad, aunque los Reyes Magos no los hayan visitado la noche del pasado 6 de enero para regalarles juguetes, debido a la inseguridad que apremia en José Joaquín de Herrera.
con información de Bajo Palabra