Cernido por los escándalos y en rápida pérdida de popularidad, el primer ministro británico Boris Johnson reconoció hoy miércoles que estuvo en una fiesta en los jardines de Downing Street durante el confinamiento y pidió disculpas, pero eludió los llamados de la oposición a dimitir.
Entre inmensa expectación, el controvertido líder conservador se defendió en el Parlamento explicando que “los jardines son una extensión de la oficina, que ha estado en constante uso debido al papel del aire fresco para frenar el virus”.
“Y cuando fui a las seis de la tarde del 20 de mayo de 2020 para encontrar a grupos de empleados antes de regresar a mi oficina 25 minutos después, para seguir trabajando, creía implícitamente que se trataba de un evento laboral”, aseguró.