El Ejército se desplegó en la comunidad La Chiva Brava en medio del dolor y el temor de sus pobladores por la masacre registrada la noche del pasado sábado en una vivienda, en la que seis personas murieron y dos más fueron heridas a balazos por un grupo armado que huyó de la escena.
Hasta la mañana de este domingo los militares custodiaban las calles de terracería en las que peritos de la fiscalía encontraron cartuchos percutidos, y con cinta amarilla se impedía el paso en torno a la casa atacada.
Vecinos de la comunidad La Chiva Brava, localizada a 3.5 kilómetros de la cabecera municipal, al sur de Silao, anexa a la comunidad San José de Gracia, escucharon disparos, que describen, parecían proceder de armas de alto poder. Hablaron varias veces al 911 para pedir ayuda a las autoridades.
“Las gentes estaban heridas, pero las patrullas tardaron (…) Fueron muchos balazos, parecían truenos”, comentó un vecino de la familia abatida, quien añadió que la gente se guardó en sus casas por miedo.
El tiroteo ocurrió mientras un grupo musical tocaba en una fiesta que se llevaba a cabo en la zona, y que continuó mientras peritos forenses levantaban los cadáveres para trasladarlos al Servicio Médico Forense de la ciudad de Irapuato.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que inició acciones de investigación una vez que tuvo conocimiento de personas lesionadas por disparos en un inmueble en la comunidad San José de Gracia, conocida como La Chiva Brava.
En el interior del domicilio los agentes de investigación encontraron a cuatro hombres y dos mujeres sin vida, “sus cuerpos presentan heridas de las producidas por proyectiles disparados con arma de fuego”.
Entre las fallecidas está una mujer adulta mayor. Las víctimas fueron identificadas por la fiscalía con los nombre de Jesús “N”, de 48 años; Miguel “N”, de 24; José “N”, de 45; Martín “N”, de 55; María “N”, de 73, y Elizabeth “N”, de 34 . Aseguró que no hubo menores entre víctimas.
La FGE omitió informar sobre las personas heridas a balazos, de lo que sí dio cuenta la autoridad municipal.
La unidad de homicidios reunió diversos indicios para su análisis, entre ellos elementos balísticos y envolturas de plástico con leyendas alusivas a un grupo delictivo.
Una guerra. David Saucedo, especialista en seguridad pública nacional, señaló que el ataque es un episodio más de la guerra que están librando dos organizaciones criminales por el control de la plaza de Silao, en esta ocasión entre un grupo delictivo michoacano y el Cártel Jalisco Nueva Generación, segun indicios.
Dijo que en esta demarcación cambió el mapa de la criminalidad, pues pareciera que células de Michoacán se han internado en Guanajuato, después de que el Cártel Santa Rosa de Lima se replegó (a la zona Laja-Bajío); tras la captura de José Antonio Yépez “El Marro”, otrora líder de esa organización.