“Hace 3 meses fui violentada y tirada en un terreno. Me quemaron el 32 por ciento de mi cuerpo”, relata Liliana Fernández a través de un video subido a su cuenta de Facebook. “Ahorita pido su ayuda para medicamentos, para mi cirugía y más que nada para mis niños”.
Originaria de Pesquería, en el estado de Nuevo León, Liliana cuenta. “Tengo cuatro niños, están chiquitos y todos los días me preguntan porque estoy así”, señala la joven de 23 años de edad. “No les encuentro una respuesta, pero pues nada más ustedes, para que no confíen en nadie, es muy feo. Todos los días lloro y recuerdo cómo olía a fuego y es muy feo todo esto; solamente quiero que se haga justicia y que me ayuden tan siquiera a hacer la misma”.
La pesadilla de Lilian comenzó el pasado 26 de marzo. Fue quemada viva por tres hombres, tras sobrevivir, su esposo quien trabajaba como conductor de taxis por aplicación, dejó su trabajo para brindar a Lili los cuidados que necesita.
“Es muy feo. Mis niños están chiquititos”, explica Liliana. “Trato de levantarme, de barrer, de lavar los trastes, de ayudarle a mi esposo, pero no (puedo), me canso luego, luego, se me va el aire, me empieza a doler todo”.
A pesar de que ya realizó la denuncia contra sus agresores, al momento, precisa Liliana, ninguno de los culpables se encuentra detenido.
“Mi esposo no fue el agresor”, aclara. “Fueron tres hombres del municipio de Salinas Victoria, son taxistas”, precisa.
En redes sociales se difundió una fake news en que se señalaba que su caso fue en 2019 y que su esposo era un político, por lo que Liliana salió a aclarar la situación.
Liliana y su familia viven en un inmueble que es de su cuñada. “Donde vivo no es mío, es de mi cuñada. Una asociación me donó lo que es el clima”. Y señala la casa en que habita y la ventana cubierta con tablas.
“No creo que el secretario viva en una casa de tablas, tengo lo que es donde dibujo y los pañales que uso… El colchón me lo trajo hace como un mes el DIF y es donde se acuestan mis hijos, no tengo porque mentir”.
Liliana tiene dificultades para hablar y narra que los dolores que tiene son insoportables.
“Miren cómo me quedó mi piel, la del cuello, mi cara, mi cabeza… No es justo. Yo confío en Dios, que me va a ayudar”.
A través de sus redes sociales ofrece sus dibujos para ganar un poco de dinero además existe un número de cuenta donde acepta aportaciones voluntarias.