La venta de toda cerveza con alcohol en los ocho estadios de la Copa del Mundo fue prohibida el viernes, apenas dos días antes del inicio del torneo en Qatar y 12 años después que el país aceptó respetar los acuerdos comerciales de la FIFA.
Los aficionados podrán consumir cerveza no alcohólica en los 64 partidos.
“Tras las conversaciones mantenidas entre las autoridades del país organizador y la FIFA, se ha tomado la decisión de centrar la venta de bebidas alcohólicas en el FIFA Fan Festival, otros lugares de encuentro de los hinchas y los locales que dispongan de licencia para ello, y eliminar los puntos de venta de cerveza del perímetro de los estadios”, dijo la FIFA en un comunicado.
Se podrá servir champaña, vino, whisky y otras bebidas alcohólicas en las zonas para personalidades de los estadios. Fuera de esos espacios, la cerveza de Budweiser — patrocionador oficial — era el único tipo de alcohol habilitado para los compradores de boletos.
AB InBev, dueña de Budweiser, no respondió de inmediato a una solicitud de reacciones.
AB InBev desembolsa decenas de millones de dólares en los mundiales por los derechos exclusivos de vender cerveza y ya había transportado la mayoría de su producto, de Gran Bretaña a Qatar, con la expectativa de venderlo a millones de aficionados. El contrato de la compañía con la FIFA comenzó a partir del torneo de 1986 y mantienen negociaciones con el fin de renovar el acuerdo para el próximo Mundial en Norteamérica.
Si bien una decisión súbita como esta podría ser considerada como extrema en Occidente, Qatar es un autocracia gobernada por un emir que tiene poder absoluto en todas las decisiones gubernamentales.
Gracias al gas y el petróleo, Qatar es uno de los países más ricos del mundo. Sigue el wahabismo, una forma ultraconservadora del islamismo, al igual que su vecino Arabia Saudí. Sin embargo, ha permitido la venta de alcohol en los bares de los hoteles durante años.
El gobierno de Qatar y su Comité Supremo de Organización y Legado no respondió de inmediato a un pedido de comentarios.
La cita en Qatar modificó la fecha del primer partido apenas unas semanas antes de la inauguración.
Cuando Qatar lanzó su candidatura para obtener la sede del Mundial, el país aceptó los requisitos de la FIFA para vender alcohol en los estadios. También lo hizo cuando firmó los contratos tras imponerse en la votación en 2010.
En el Mundial de Brasil 2014, el país anfitrión se vio obligado a aprobar una reforma de sus leyes con el fin de permitir la venta de alcohol en los estadios.
Ronan Evain, el director ejecutivo de Football Supporters Europe, una red de aficionados europeos al fútbol, señaló que la decisión de prohibir la venta de cerveza en los estadios era “extremadamente preocupante”.
“Para muchos aficionados, ya sea porque no beben cerveza o están acostumbrados o hay ley seca en los estadios de sus países este es un detalle. No cambia nada el torneo”, escribió Evain en Twitter. “Pero a falta de 48 horas, nos encontramos en un territorio peligroso — en las que las ‘garantías’ ya no valen”.
Con información de: Pulso