Tras debates y peleas intestinas en el PSOE, en el gobierno español y en el movimiento feminista, este 22 de diciembre se aprobó la “ley trans”con mayoría parlamentaria. Ahora deberá remitirse al Senado.
La nueva ley que busca regular de manera más avanzada la transexualidad en España, sigue generando una fuerte polémica en el movimiento feminista y entre los partidos de la izquierda española.
El Proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI fue aprobado —y ahora deberá remitirse al Senado—, con 188 votos a favor de los socios de Gobierno, 150 en contra de PP y Vox, y siete abstenciones.
La normativa establece la autodeterminación de género, lo que provoca el rechazo del feminismo más tradicional, al que pertenecen muchas militantes socialistas que consideran que esta ley pone en riesgo los derechos de las mujeres ya que un hombre no se convierte en mujer por el simple hecho de cambiar legalmente de sexo.
Por el contrario, la izquierda emergente de Podemos, aliado de los socialistas en el gobierno de coalición, considera que las mujeres transexuales tienen los mismos derechos que el resto de las féminas.
La nueva ley permitirá que una persona transgénero cambie de nombre y sexo presentando una simple solicitud en el Registro Civil. Además, también podrán hacerlo los jóvenes de entre 14 y 16 años, siempre que estén asistidos en el proceso por sus tutores legales. Para los de 12 a 14 años es necesario que cuenten con aval judicial.
España se convertirá en uno de los pocos países del mundo que autoriza la autodeterminación de género, pero el debate que mantiene dividida a la izquierda española seguirá abierto más allá de la aprobación parlamentaria.