Usuarios denuncian que con ese pésimo servicio no ayuda a recuperar categoría uno en aviación internacional
Sin higiene ni medidas sanitarias, mal servicio y sin respeto a las reglas ni protocolos internacionales, la línea Volaris no contribuye a que México logre recuperar la categoría uno en la aviación, así lo denunciaron varios pasajeros del vuelo Guadalajara-Acapulco.
Los viajantes se quejaron de varios incidentes en los que los sobrecargos de la empresa Volaris se portaron groseros e incluso amenazaron con bajar a los pasajeros del avión, si reclamaban que no se estaban cumpliendo los protocolos.
Explicaron los clientes de Volaris, que el personal del avión no portaba cubrebocas a pesar de que en Jalisco se ha mantenido como obligatorio su utilización en medios de transporte. Denunciaron a un sobrecargo de nombre José Juan de dicho, vuelo quien se comportó de manera grosera y se negó a usar el cubrebocas e incluso amenazó con bajar del avión a los clientes y afirmó que él “no tiene que obedecer al gobernador de Jalisco”.
Relataron que al menos cinco pasajeros vomitaron durante el vuelo y que los sobrecargos se negaron a limpiar, con todo lo que ello implica, además, apenas bajaron algunos pasajeros y ya estaban a punto de abordar el mismo avión sin limpiar ni desinfectar los espacios ocupados por los anteriores viajantes.
Como se recordará, en mayo de 2021, la FAA (Administración Federal de Aviación -por sus siglas en inglés-) que es la entidad gubernamental responsable de la regulación de todos los aspectos de la aviación civil en los Estados Unidos, degradó a México a la Categoría 2 del Programa de Evaluación de Seguridad Operacional de la Aviación Internacional (IASA).
La categoría 2 significa que las normas que aplica un país “carecen de los requisitos necesarios para supervisar las compañías aéreas del país de conformidad con las normas mínimas de seguridad internacionales”.
Los pasajeros demandaron la intervención del gobierno federal y en espacial del presidente Andrés Manuel López Obrador, que es la autoridad correspondiente para supervisar que las líneas comerciales cumplan con los estándares y normatividad, de lo contrario, las consecuencias económicas y sociales para los viajeros seguirán impactando en vuelos caros y de pésimo servicio, de mantenerse en la categoría dos.