Aunque la idea era que los estudiantes de secundaria escribieran una fantasía más erótica que sexual, pues el maestro detalló —en escrito— que el ejercicio no debía contener ningún tipo de penetración, sexo oral, o cualquier contacto que implicara el contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS), los padres de familia reprobaron la conducta del docente y de la institución. Y es que la escuela ubicada en Oregón ha dado de qué hablar en Estados Unidos pues además del texto solicitado le pidieron a los menores de edad incluir cuatro elementos a su narrativa: velas, un masaje con aceite, plumas o un jarabe con sabor.
El trabajo era”compensación” de un curso perdido
De acuerdo con los medios locales, este trabajo fungiría como una “compensación” para la clase de salud de la Escuela Secundaria Churchill en Eugene, Oregón. La idea era que, quienes perdieron el curso, completaran esta tarea, cuyo puntaje equivalía a 10 puntos. El maestro decidió titularla “Fantasy Story”, y su idea era que los jóvenes estudiantes pudiesen comprender que podían mostrar y recibir “afecto” sin tener algún tipo de contacto físico… en sí, sexo. Las instrucciones dicen explícitamente:
“Para aquellos estudiantes que estuvieron ausentes, escribirán una historia corta de uno o dos párrafos. Esta historia es una fantasía sexual que NO tendrá penetración de ningún tipo ni sexo oral (ninguna forma de transmitir una ITS). Tu historia debe mostrar que puedes mostrar y recibir afecto físico amoroso sin tener sexo”.
Sin embargo, el docente encargado de esta tarea recibió miles de reclamaciones de padres de familia de dentro y fuera de la institución. Identificado como Kirk Miler, el docente les hizo llegar el ejercicio a través de la aplicación de diseño online Canvas. Este sistema es un gestor de aprendizaje que muchas instituciones, academias e incluso trabajos utilizan por su versatilidad y fácil conexión. Aunque la aplicación permite realizar capturas de pantalla, parece que un estudiante decidió tomar una fotografía con otro dispositivo, para que así no se argumentara que la imagen había sido manipulada.
Se viralizó en Facebook
Luego de que alguien la subiese a las redes sociales, la imagen se viralizó rápidamente y recibió cientos de comentarios de parte de los padres de dentro y fuera de la Escuela Secundaria Churchill en Eugene, Oregón. Uno de ellos recalcó que “si un hombre adulto le pidiera a mi hija que compartiera sus fantasías sexuales con él, me pondría furioso e iría a la policía”. Todos concordaron en que ningún maestro tiene por qué pedirle esto a un menor de edad. A la par, Katherine Rogers —madre de una estudiante de 16 años de la institución— dijo que los estudiantes se sintieron “mortificados, incómodos y asustados” después de recibir la tarea.
Ella recalcó que algunos alumnos optaron por responder al ejercicio de la fantasía desde el punto de vista de un personaje de la caricatura “Kung Fu Panda” para evitar ser demasiado personal. Asimismo, le dijo al medio local Oregon Live a forma de cuestionamiento al aire que “el distrito revisa estos planes de estudio antes de que sean aprobados, ¿verdad? ¿De verdad leyeron esto? Si esto fue revisado, ¿cómo se deslizó por las grietas? Podía ver que esto se convirtiera fácilmente en un escándalo nacional.”
¿Qué dijo la escuela?
Tras la indignación de los padres —en línea y en la escuela—, la directora Missy Cole envió una carta diciendo que la administración de Churchill High estaba trabajando con la oficina del distrito para revisar el plan de estudios para la clase de salud con el fin de “revisar el contexto de la tarea”. Por ahora, el ejercicio se ha eliminado del plan de estudios y no afectará las calificaciones de los estudiantes, confirmó el Distrito Escolar Eugene 4J. Además, la gerente del programa para el plan de estudios de salud Our Whole Lives, Melanie Davis declaró al New York Post que “el distrito estaba siguiendo una actividad de grupo facilitada ‘no autorizada’ y ‘fuera de contexto’ actualmente agotada”.
Cabe destacar que hay previos antecedentes que incomodan a los alumnos de la clase del docente Kirk Miller. De acuerdo con los estudiantes, se les asignó —en algún punto del curso— una tarea llamada “¿Con quién lo harías?”, al menos así lo aseguró la madre de familia Katherine Rogers. Recalcó que las instrucciones para la tarea decían explícitamente “enumere en el folleto las iniciales de un hombre o una mujer con las que haría cada actividad. Puede utilizar a la misma persona para múltiples actividades”. Aunque la menor de edad no había podido asistir a clases ese día, le pasaron el proyecto, donde también involucraba una rueca virtual etiquetada con categorías sexuales. Supuestamente, se instruyó que los alumnos respondieran cuando la rueda se detuviera.
Con información de: El Heraldo