El ingreso de Finlandia en la OTAN, consumado este martes en tiempo récord, pone fin a casi ocho décadas de una neutralidad militar -inicialmente impuesta por Moscú y luego voluntaria- que casi con seguridad hubiera continuado de no producirse la invasión rusa de Ucrania.
La ofensiva, lanzada por el Kremlin para evitar una posible expansión de la OTAN hasta sus fronteras, entre otros motivos, ha desatado el efecto opuesto, ya que la adhesión de Finlandia, con sus mil 340 kilómetros de frontera, duplica la línea fronteriza entre Rusia y la Alianza.
Además, una vez se integre también la vecina Suecia, cuyo ingreso está bloqueado de momento por Turquía y Hungría, toda la región del mar Báltico estará controlada por los aliados, limitando aún más la capacidad de movimiento de la flota rusa estacionada en San Petersburgo y Kaliningrado.
Por su parte, Rusia no dejará sin respuesta el ingreso de Finlandia en la OTAN, que representa una nueva escalada en las relaciones con la Alianza, anunció este martes el Kremlin.
Con información de: Radio Fórmula.mx