Federico Anaya Gallardo
Navegando para escribir mis kino-reseñas sobre el Capitán Marvel, tropecé en la www con un póster ó affiche de 1944 anunciando el capítulo 1 (“El Corazón Púrpura”) del serial cliffhanger de Republic Pictures sobre Captain America. Un detalle me sorprendió: el color de la estrella en al menos tres de los posters de publicidad. Roja sobre fondo azul. Probablemente un error en la amplia cadena de distribución de la serie. (Wikipedia señala que uno de esos tres affices carece de algunas de las marcas usuales para señalar el copyright.) Pero, si se trata de un error, sería un error característico del año en que se estrenaron los quince capítulos de esa serie: el último de la última guerra justa de la Humanidad.
¿Quién imprimió el affiche? Morgan Litho Corp., de Cleveland, Ohio. ¿Había commies en Ohio? (En 1st Rock from the Sun, hay antropólogos alienígenos en ese extraño Estado de la Unión Americana… Por cierto, lectora, esa es una serie de la que deberé contarte algún día.)
Lo cierto es que en ese 1944 la máquina de propaganda de las Naciones Unidas subrayaba las coincidencias de todos los Aliados. Un clip de YouTube posteado en 2015 por War TV revisa el modo en que Hollywood hacía burla de los nazis y japoneses al tiempo que se admiraba la resistencia soviética a la invasión fascista. (Liga 1.) La Rusia Roja ya no era una tiranía inhumana (como la propaganda capitalista en EUA la había calificado hasta hacía muy poco) sino “a vast young Nation” (una joven y grande Nación). Recordemos que apenas en 1942, Houghton Mifflin Co. de Nueva York había publicado Behind the Urals: An American Worker in Russia’s City of Steel de John Scott. El socialista estadounidense había debido regresar a su país por la histeria estalinista de fines de los 1930s, pero siguió siendo fiel al proyecto soviético y publicó su libro para tranquilizar a la opinión pública angloamericana acerca del País de los Soviets. Una de las canciones estilo folk recuperadas por War TV cantaba estas coplas:
Now, Adolf got the notion
that he was the Master Race
and he sworn he’ll bring New Order
and put Mankind in its place.
So he set his scheme in motion
and he’d been winning everywhere
until he’d got up and got the notion
to kick the Russian bear.
Hello! Stalin wasn’t stolen
when he told the beast of Berlin:
That they’d never rest contented
until they’d driven him from their land.
So he called the Yanks and English
and proceeded to extinguish
the Fuehrer and his vermin
and… That’s how all begun!
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Pues Adolf se creyó
que era de Raza Superior
y con su Nuevo Orden
quiso poner a todo mundo en su lugar.
Puso a caminar su plan
y estaba ganando en todo lugar,
hasta que muy soberbio
al Oso Ruso pateó.
¡Anda! Pero Stalin no cayó
y le dijo a la bestia berlinesa:
“Nunca descansaremos
hasta expulsarte de la tierra nuestra”.
Llamó a Yanquis e Ingleses
y juntos procedieron a extinguir
al Fuehrer y a sus gusanos.
¡Así es como todo comenzó!
En un ambiente así es probable que en Cleveland nadie viese mal que la estrella en el pecho del Capitán América fuera roja. El Red Scare angloamericano regresaría más tarde, más feroz y más vil… pese a que la realidad mundial demostraba una y otra vez que los rojos no le deseaban mal al modo americano de vida. (Hasta lo admiraban.) Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Regresemos, lectora, a la adaptación de Capitán América. El serial tiene 15 capítulos de un cuarto de hora cada uno. Los puedes ver en YouTube en una versión con subtítulos en Castellano gracias a Rubén Darío Carreño. (La Liga 2 te lleva al primero.) Juntos, duran más de tres horas. En la Liga 3 hay una versión completa con una mejor calidad de video, aunque sin subtítulos, posteada en YouTube por Movies and Serials.
Los directores del serial de 1944 son John English y Elmer Clifton –de los que ya te he contado. El guión es resultado del trabajo colectivo de varios escritores. Es interesante que la película no siguió la narración del Capitán América publicado en diciembre de 1940 por Timely Comics (compañía antecesora de la Marvel Comics de hoy). Un detalle relevante acerca del ambiente social en el que aparecían estos superhéroes: la primera portada de Capitán América (que oficialmente muestra fecha de Marzo 1941) presenta al héroe golpeando a Hitler. Cuando empezó a circular este comic, faltaban seis meses para que Alemania invadiese la URSS y un año para que EUA entrase a la guerra.
Hacia 1940 había en Nueva York al menos cinco compañías peleando duramente por el favor de los lectores adolescentes. Ya hemos hablado de National Comic Publications (que se volvió DC Comics), de Fawcet Comics (que creó Capitán Marvel/Shazam) y Timely Comics (que se volvió Marvel Comics en 1961). Aparte estaban Quality Comics (creadora del Hombre Plástico) y Lev Gleason Publications (creadora de un Daredevil que no sobrevivió). Durante poco más de una década (1938 a 1950) todos esos equipos editoriales imaginaban, preparaban y dibujaban héroes (y heroínas). No es de extrañar que las ideas se cruzaran y que todo mundo pudiese acusar a todo mundo de plagio. También se entiende que los equipos legales de las compañías no tuvieran al día los registros de cada invención.
Si así de confuso era el ambiente editorial, imagina lectora cuando aparecían compañías cinematográficas ofreciendo a las editoras de comics llevar a tal ó cual superhéroe a las pantallas: la confusión sólo aumentaba. Así estaban las cosas cuando Republic Pictures compró los derechos de Capitán América a Timely Comics para una serie cliffhanger.
Así que en la primera aparición cinemática de Capitán América desaparecieron las alas en su capucha, su escudo con la gran estrella blanca fue sustituido por un revólver, y su personalidad secreta no era Steve Rogers (soldado superdotado gracias a un suero experimental)… sino un ¡abogado! llamado Grant Gardner –quien es el ministerio público investigador (district attorney) de la ciudad. Estos cambios nos dicen que la compañía inventora y dueña del carácter (Timely Comics) no tuvo mucho juego. ¡Ya quisiéramos ver al estudio conematográfico imponer ese tipo de cambios a Marvel Comics hoy en día!
De acuerdo a Jim Harmon y Donald F. Glut, Timely Comics trató –sin ningún éxito– de corregirle la plana a Republic Pictures (The Great Movie Serials: Their Sound and Fury, 1973: pp. 258-260). Al parecer, la editorial sólo había mandado al estudio cinematográfico páginas-ejemplo del superhéroe. En esas páginas no se hablaba de la verdadera identidad secreta del Capitán América, ni de su disgusto por usar armas de fuego… Aparte, las partes no habían convenido por escrito ese tipo de detalles. Así que Timely Comics dejó así las cosas y no trató de litigar el caso. Recuerda, lectora: era 1944 y el gran juicio entre Fawcett Comics y National (Kent vs. Batson) apenas empezaba. La entonces menos poderosa firma Timely dejó pasar la ofensa legal…
…pero la lección fue aprendida. En las oficinas centrales de Timely Comics estaba el sobrino de la mujer del dueño, un muchacho llamado Stanley Martin Lieber (1922-2018), quien en 1944 apenas tenía 22 años. Hoy le recordamos como Stan Lee. Y como jefe de Marvel Comics nunca dejó que les cambiasen otra vez un personaje.
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