Un nuevo artículo publicado en la revista Current Biology sugiere que los ancestros humanos vivieron con los dinosaurios durante un corto tiempo antes de que las bestias reptilianas se extinguieran a causa del gran meteorito que cayó en lo que actualmente es la Península de Yucatán. Un análisis en profundidad del registro fósil de los mamíferos placentarios —que incluye humanos, perros y murciélagos—, ha brindado a los investigadores la respuesta a la pregunta largamente debatida.
Cuando un asteroide que destrozó la Tierra golpeó hace 66 millones de años, la destrucción mató a todos los dinosaurios excepto a las aves y otros animales pequeños, como lagartijas y ranas, en un evento que se denominó la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno (K-Pg). Los paleobiólogos analizaron el análisis estadístico del registro fósil para llegar a la conclusión de que los mamíferos placentarios, de hecho, existían antes del evento catastrófico.
“Reunimos miles de fósiles de mamíferos placentarios y pudimos ver los patrones de origen y extinción de los diferentes grupos”, dijo la autora principal, Emily Carlisle, de la Facultad de Ciencias de la Tierra de Bristol. “En base a esto, podríamos estimar cuándo evolucionaron los mamíferos placentarios”.
El equipo descubrió que los primates (el linaje humano), los lagomorfos (conejos y liebres) y los carnivora (perros y gatos) evolucionaron justo antes de la extinción masiva.
“El modelo que utilizamos estima las edades de origen en función de cuándo aparecen los linajes por primera vez en el registro fósil y el patrón de diversidad de especies a lo largo del tiempo para el linaje”, compartió el coautor Daniele Silvestro de la Universidad de Friburgo.
Los investigadores creen que la falta de competencia de los dinosaurios permitió que los mamíferos placentarios se diversificaran y evolucionaran.
“Desafortunadamente, no sabemos cómo se verían nuestros ancestros mamíferos placentarios en ese entonces”, admitió Carlisle. “Muchos de los primeros fósiles de mamíferos placentarios son criaturas bastante pequeñas como Purgatorius, un antepasado primitivo de los primates, que era una pequeña criatura excavadora parecida a una musaraña de árbol. Así que es probable que muchos de nuestros antepasados fueran pequeños y escurridizos”.
Con información de: Excelsior